Soy gran admirador de la obra de José Antonio Marina. En el próximo Congreso de Medicina del Adolescente de 2010 quise introducir un debate sobre el vino y el alcohol en los jóvenes porque estoy convencido de un lema que redacté: "Saborea el vino, no bebas alcohol" ello generó un debate interno en el comité organizador y mi idea fue rechazada. Creo que es más importante la educación que la prohibición en según que aspectos del comportamiento humano. La verdad es que, perdonen mi expresión, cogí un cabreo de órdago a la grande. Los que "teóricamente" somos expertos en adolescentes no podemos habar de este tema por ser "políticamente incorrecto".
Hace poco un escrito de este filósofo estaba en la misma línea de pensamiento que en la mía. Extraigo algunas frases de su escrito: "Todo el mundo está de acuerdo en que el abuso de alcohol es peligroso. No sólo por problemas de salud, sino, sobre todo, porque causa más del 30% de los accidentes de tráfico, y un porcentaje aún superior de casos de violencia doméstica. Cuantitativamente es la droga que produce más daños en nuestro país. ¿Cuál puede ser la solución? No es tanto dejar beber como aprender a hacerlo. Es algo parecido a lo que sucede con los automóviles. La carretera es un peligro, pero no se trata de no ir en coche, sino de conducir bien. Por eso me parece importante reivindicar una cierta pedagogía de la bebida, que debería enseñarse en las familias, de la misma manera que los buenos modales en la mesa o las normas elementales de higiene. Hay que aprender a disfrutar de la bebida, porque es agradable, pero también a fijar con claridad los límites de lo socialmente aceptable. Cuando una persona pierde el control de sus actos se convierte en un irresponsable, y eso es un peligro que la sociedad no puede permitir. Toda nuestra convivencia, todo nuestro sistema ético y legal se funda en la responsabilidad personal. Si esta desaparece, la convivencia no funciona. Sería una demostración de esa inteligencia social, a la que tanto apelo, que fuéramos intolerantes con estos casos. Los límites inteligentes son imprescindibles para la convivencia."
Foto Manuel Arribas.
Versión en catalán: www.criatures.cat