Sin duda, se preguntarán que significan esas siglas. Pues agárrense: medicamentos de Utilidad Terapéutica Baja (UTB), y LTU son las siglas correspondientes del inglés. En resumen, no está probada su utilidad terapéutica y hay una insuficiente relación beneficio-riesgo para usarlos.
El organismo del niño no es como el del adulto; su metabolismo es distinto. No basta con cambiar la dosis del medicamento en función del peso del paciente. Existe un riesgo de administrar una dosis excesiva o insuficiente. La acción de los medicamentos no es necesariamente la misma en los adultos que en los niños. Los niños crecen, y su peso y su tamaño aumentan, pero el funcionamiento de sus órganos y su desarrollo cerebral evolucionan. Los recién nacidos prematuros, recién nacidos (de 0 a 27 días), bebés y niños pequeños (de 28 días a 23 meses), niños (de 2 a 11 años), adolescentes (de 12 a 16/18 años), en todas estas etapas el organismo reacciona de forma diferente. Por tanto, parece evidente que los niños necesitan medicamentos destinados específicamente para ellos.
Cien millones de personas, la quinta parte de la población de la Unión Europea, son menores de 16 años. ¿Por qué entonces médicos y farmacéuticos dan medicamentos que no son para niños? No es por falta de competencia, sino porque en la mayoría de los casos, estos medicamentos no existen; están desarrollados para adultos y se adaptan, sin pruebas específicas, a los pacientes de corta edad. Hacer pruebas experimentales de sustancias desconocidas empleando niños "de conejillos de Indias" plantea dilemas éticos muy importantes.
Muchos de los medicamentos que se dan a los niños son UTB. Entonces viene la pregunta del millón: ¿para tratar el qué? Reflexionen y respondan:
¿Damos medicamentos para calmar a los padres?
¿Los padres no aceptan que muchas enfermedades se curan solas?
¿Saben los padres que muchos medicamentos no sirven para nada?
¿Sabemos todos que en otras culturas o países cercanos los padres aceptan menos los medicamentos que aquí?
¿Los padres "nos presionan" a los pediatras con la pregunta "¿no le receta nada?" ante una fiebre banal?
¿Somos conscientes de que podemos estar perjudicando al niño?
Tengo la suerte de que la mayoría de los papás que vienen o han venido a mi consulta con sus vástagos saben y comprenden que receto pocos medicamentos. Al cabo de los años, si echan una mirada hacia atrás, se dan cuenta de que sus hijos no han sido "polimedicados" y están sanos y fuertes. En ocasiones, ante unos padres LST no tengo más remedio que recetar UTB para "salir del paso" y evitarme una crisis de hipertensión.