Como mañana es fiesta en Barcelona, ayer tomé el AVE y me planté Madrid por motivos de trabajo. A mi llegada ya me esperaba mi hija y fuimos a dos sitios sagrados para mí: el primero, El Salón del Limpiabotas en la calle Goya 6-8 (Centro Comercial el Jardín de Serrano) en donde dió un lustre inusitado a mis sucios zapatos don Roberto Orquera -manitas de oro- y el segundo, el restaurante La Alpargatería en la calle Hermosilla 6. Soberbio. A propósito del yantar tengo algunas temas para hablar en este blog y hoy lo haré de dos trastornos de la conducta alimentaria desconocidos por el público. Desde hace ya algún tiempo, la anorexia y la bulimia no son los únicos trastornos alimentarios existentes.
El primero se refiere a una
entidad descrita en 1968 por Roger Broughton en la revista Science (159: 1070-1078) en la que los afectados, mientras duermen, se levantan van a la cocina y devoran cantidad ingente de alimentos. Tras el atracón se van a la cama y siguen durmiendo como lirones. Al despertarse se despiertan sin recordar nada.. Es conocido como síndrome de ingesta nocturna relacionada con el sueño. Es una
parasomnia.
El segundo es completamente diferente denominado Síndrome del Comedor Nocturno que se descubrió al ver que individuos obesos experimentaban una inapetencia, o falta de apetito en las primeras horas del día, ¿Cómo era posible algo así? Pues por la sencilla razón de que estas personas tenían un impulso incontrolado de recurrir al refrigerador unas horas después de haber cenado. Es decir, durante el día no sentían hambre y por la noche experimentaban deseos compulsivos de comer que los llevaba a concentrar las calorías en las últimas horas del día.
Esta gran ingesta de comida por la noche, hace que el organismo de los afectados concentre sus esfuerzos en digerir los alimentos y provoca un insomnio constante en las personas que, a su vez, los impulsa a comer. Así, se crea un círculo vicioso, que sólo se puede solucionar disminuyendo el estrés psicológico y controlando los impulsos de las personas. Éste trastorno suele ser más frecuente en las personas obesas, pudiendo ser la ingesta de gran cantidad de alimentos, con alto aporte calórico por la noche, la causa de un aumento de peso.
El diagnóstico se hace en plan detective porque la persona concentra más del 25% de las calorías del día en horas de la noche, de manera repetitiva, en horas después de la cena, Además se suelen saltar el desayuno y comer muy poco en las primeras horas de la mañana. Asimismo, encuentran alterado su reloj biológico, duermen poco por la noche y experimentan otras conductas compulsivas, así como ansiedad y estrés.
El estilo de vida actual puede ocasionar estos desórdenes en nuestra dieta, pero el problema surge cuando perdemos el control y, de manera repetitiva, comemos en abundancia por la noche, dormimos mal, o el estrés condiciona la alimentación diaria.
Para dar un poco de coña marinera al tema, les presento este vídeo en en que se ve a ese renacuajo en el que es difícil saber si está durmiendo mientras come o duerme mientras está comiendo. Es lo que me ocurre a mí cuando llego a casa tras largas jornadas de trabajo.