Todos, adultos, jóvenes y niños estamos sometidos al ciclón digital. Muchos piensan que se calmará y sólo quedará su rebufo para algunos. No sabemos las consecuencias a largo plazo de la atención constante y duradera sobre las pantallas y tampoco sabemos, o no queremos saber, si el teléfono móvil tiene efectos cancerígenos.
Empiezan a haber estudios que muestran como las pantallas de móviles y tabletas estimula el cerebro de forma dopaminérgica tanto como el placer. Pero eso, en un cerebro en desarrollo, es parecido a a lo que ocurre al administrar cocaína a ese mismo cerebro. Las consecuencias a largo plazo pueden ser desastrosas al relacionarse con TDAH, ansiedad, depresión, agresividad y psicosis. A edades tempranas el acceso a la las drogas no es tan fácil como a una pantalla digital y, por lo tanto, hemos de estar alerta por si esas investigaciones parecen ser ciertas
Aun suponiendo que los efectos de la pantalla digital fueran muy nocivos, la tecnología digital no desaparecerá. Hay demasiados factores sociológicos, psicológicos, culturales y económicos implicados en ciclón digital. Lo que ocurrirá es que se tendrá que implantar unas limitaciones en el uso de menores, como se ha hecho en otros aspectos del entorno, para esta droga digital.