Los pediatras responsables van poniéndose al día de los últimos avances para el bien del niño. Si ustedes vieran la cantidad de artículos médicos que se publican a diario se quedarían pasmados. Afortunadamente Internet ha supuesto una herramienta imprescindible para todos que somos un poco "desinquietos" para digerir, memorizar y aplicar en la práctica diaria lo que acabamos de estudiar.
Un buen pediatra, además de saber medicina ha de ser un buen consejero y comprender a los padres. En mi consulta, frecuentemente, receto libros en vez de medicinas. Pero reconozco que hay algo que me desborda: Estar al día en los artilugios que las casas comerciales infantiles ponen a la venta con tanta rapidez como los aparatos electrónicos. Hay cantidad de revistas en los quioscos con miríadas de anuncios para el confort y alimentación. Las variedades son infinitas y, aunque procuro leerlas, mis neuronas no son capaces de absorber todas las características, ventajas e inconvenientes de cada artilugio. Yo creo que el pediatra debería saber orientar en los aspectos más relevantes de lo último que sale al mercado con "pies y cabeza" para los niños. Pero les aseguro que es muy difícil.
Un ejemplo. Ayer vinieron unos papás modélicos a la consulta. Tienen un niño y una niña. El varón de un añito y pico de edad es un auténtico kamikaze. Bruto como el solo se pega unos porrazos en la cabeza "de padre y muy señor mío". Me dijeron que por este motivo le habían puesto una chichonera. Les aseguro que no sabía que venden chichoneras en la actualidad. Pensaba que eran propias de mi época como verán en la foto antigua. Pero no, hay chichoneras modernas. También haylas en la actualidad. Muchos niños kamikazes suelen ser corpulentos, con una barriga cervecera como los jugadores de rugby. Con este protector ya solo queda regalarles la pelota ovalada para estar impresionantes.