Leer puede parecer sencillo y automático pero es una tarea compleja y que exige un gran esfuerzo al cerebro. Entre el 15% y el 20% de los niños tiene dislexia, principal causa de problemas de lectura en la escuela. Genera frustración y falta de confianza en uno mismo pero, si se detecta pronto, el afectado puede convertirse en un buen lector. El aprendizaje de la lectura consiste en relacionar y combinar letras con sonidos para formar palabras y, a la larga, el lenguaje automático (entiende y recuerda lo que acaba de leer).
La dislexia se suele diagnosticar durante la enseñanza primaria por tener dificultades en:
- aprender a hablar
- pronunciar bien palabras largas
- hacer rimas
- aprenderse la secuencia del alfabeto, los días de la semana, los colores, las formas y los números
- aprenderse los nombres de las letras y sus sonidos
- aprender a leer y escribir su propio nombre
- aprender a identificar las sílabas (va-que-ro en vaquero) y los sonidos del habla (fonemas: a-v-e en ave) que componen las palabras
- pronunciar los sonidos aislados que componen palabras simples
- leer y escribir palabras con la secuencia correcta de letras ("los" en vez de “sol”)
- caligrafía y coordinación fina.
Los niños mayores, los adolescentes y los adultos es posible que presenten los anteriores signos de dislexia y, además, los siguientes:
- leer y escribir muy por debajo de su nivel de estudios
- evitar leer y escribir
- lentitud al realizar tareas escolares que implican leer y/o escribir y al hacer exámenes
- dificultades en el aprendizaje de un idioma extranjero
Los niños cuyos padres tengan o hayan tenido dificultades en la lectura son más proclives a presentar este mismo tipo de problemas. Los niños que tardan mucho en hablar o tienen dificultades para hablar durante la etapa preescolar también tienen un riesgo elevado de padecer dislexia. La presencia de uno de estos dos factores o de ambos debería llevar a hacer un seguimiento atento de los avances en lectoescritura del niño.
La dislexia solo se puede diagnosticar mediante una evaluación integral realizada por un especialista en lectura o un psicólogo, tanto dentro como fuera del ámbito escolar.