Algunos papás y jóvenes comen picoteando. No hay una ciencia exacta de cómo se ha de comer y de las cantidades para tener una dieta equilibrada. El cuerpo humano es muy sabio y si todo está en orden sabe muy bien lo que necesita para vivir bien. Todos somos un poco caprichosos respecto al tipo y cantidad de comida. Curiosamente el estado emocional influye poderosamente a la hora de comer de tal forma que unas personas tienen tendencia a comer mucho más y otras pierden el apetito. Los problemas emocionales pueden causar trastornos alimentarios que pasan desapercibidos porque no son los típicos como la anorexia o bulimia y los adultos y los niños solucionan sus problemas de ansiedad o depresión con la comida.
Para saber si los papás o sus hijos están en esta rueda ansiedad-comer o ansiedad-no comer pueden reflexionar sobre estas frases. Parece un juego de palabras pero no lo es:
Siempre cuando como no me preocupo
Siempre como cuando me siento triste
Siempre como cuando me siento ansioso o nervioso
Siempre como cuando estoy enfadado
Siempre como cuando estoy aburrido
Siempre como para atrasar cosa que debería estar haciendo
Siempre como cuando estoy asustado
No como porque me preocupa tener demasiada grasa
Después de comer me encuentro a disgusto
Creo que no seré popular o bien aceptado entre mis compañeros si peso mucho
Creo que seré más aceptado si peso poco
Me gusta saltarme las comidas
Me apasiona dominar las dietas
Una manera de calmar la ansiedad es el picoteo. Visitas constantes a la cocina y "picar " es una forma bastante habitual de subir de peso sin ser aceptado por los interesados. Parte de la obesidad infantil es por picoteo constante. Curiosamente los papás no lo reconocen: "No lo entendemos, no come tanto para estar con ese peso". Efectivamente, el niño come bien pero fuera de las comidas en como una gallinita en un corral. ¿Usted picotea si está nervioso o, por el contrario, pierde el apetito?