sábado, 28 de julio de 2007

Desanimado pero insisto

En una de mis entradas explicaba a los padres que no se desanimaran por el futuro de sus hijos si son mal estudiantes. Hacía una conexión en YouTube con el discurso de Steve Job, fundador de Apple, en la Universidad de Stanford. Por alguna razón que desconozco no funciona el link. Repito con otro. No se lo pierdan. A mí me estimula. Parte 1 y parte 2

viernes, 27 de julio de 2007

El falso cansancio de los adultos. "Necesito unas vacaciones........"

¿Realmente estamos tan cansados que necesitamos unas vacaciones? Es un fenómeno curioso. La gente solo empieza a estar cansada y lo manifiesta de forma ostentosa: "Ya me queda poco... no puedo más". Antes nadie lo comenta. Como dije una vez, durante los fines de semana me gusta "hacer el perro": tumbado a la bartola, que me echen de comer y me lleven a dar algún paseíto, ver las carreras por la tele y leer mis revistas de relojes. Sin embargo, muchos fines de semana no puedo llevar esta maravillosa "vida canina", porque tengo que trabajar o escribir.

Afortunadamente ya no tengo hijos en casa: ¡Nos hemos emancipado! Tenemos la suerte de poder ir a salto de mata. Yo no tengo "segunda residencia". Prefiero ir a un hotelito que esté bien y hacer pequeñas excursiones y ¡que nos lo hagan todo! Para muchas mamás ir de vacaciones no es más que trasladar su ajetreo diario a otro lugar.

Esta fatiga "prevacacional" reaparece de forma penosa al volver a trabajar.

jueves, 26 de julio de 2007

¿Seremos los pediatras metrosexuales?

¡Pom!, ¡pom! Golpean suavemente la puerta de mi despacho, se asoma una cara conocida de un laboratorio de cosmética infantil. La recibo amablemente, me presenta sus productos -que ya conocía- y antes de salir me espeta: "Ah, tenemos una nueva gama de productos para hombres". Me quedo asombrado, pero es verdad: crema para el afeitado, postafeitado...


Los hombres nos hemos convertido en carne de cañón para empezar a emperifollarnos. No estoy en contra. Cada cual puede hacer libremente con su cuerpo lo que quiera. Después de despedirla me dije: "¿Por qué no te haces un poco metrosexual?". A mí me hace gracia este nombre. Como buen cateto en moda creía que era un término "de coña", pero no; es una palabra que ya está definida en la Wikipedia. Pensaba que surgirían otras subclases de individuos como busexual, aviónsexual, AVEsexual o trensexual. Un día se me aclararon las ideas y supe que "metro" significaba ciudad y lo otro no hace falta ser muy listo para entenderlo. Me han presentado a un entrenador para que mi barriga tenga el aspecto de "tableta de chocolate". Me dio la primera lección y me la puso como ejercicio diario (vean, vean, lo que tendría que hacer el Dr. Santi para rejuvenecer). Así entre cremas, potingues y corporaciones dermoestéticas me pareceré al niño de la foto. El Dr. Santi, jovencísmo, visitando a un adulto.


Pero no es solo eso. A los niños también se les está convirtiendo en metrosexuales: Se les pone gomina, piercings, ropas de marca desde el nacimiento (Jacadi, Bebé Dior, KK, Agatha Ruiz de la Prada, Lacoste, Ralph Lauren y las que me dejo), etc. Más adelante ya escogen perfumes y ropas de última moda desde las más sofisticadas hasta las más normalitas (Ralph Lauren, Gant, Calvin Klein, UnnoTommy Hilfiger, Banana Republic, Mango, Lacoste, Custo, Zara, Rams 23, Gurú, Samblancat...), sin incluir los relojes, bisutería y joyas donde destaca Tous (chapeau, por lo que ha sido capaz de hacer esta familia desde Manresa) .


Intente no transformar a su hijo/a en metrosexual. Es una forma egoísta de vivir la vida y una ansiedad de renovación física constante. El fenómeno Beckham está muy bien planificado y su mánager es un genio de la planificación mediática. Pero eso ya es otro tema.

miércoles, 25 de julio de 2007

Dar antibióticos a niños pequeños favorece el asma

Ayer examiné a un niño con una erupción impresionante. Tenía 14 meses y empezó a tener fiebre. Como suele ocurrir, acudió presto a su pediatra. Como tenía mucha fiebre y unas "anginas", el médico le recetó amoxicilina-clavulánico. A las 48 horas le salió una erupción espectacular. Los papás lo trajeron a urgencias y lo visité ayer. Por los análisis este niño no tenía una infección de las amígdalas. La infección estaba provocada por el virus de la mononucleosis infecciosa, popularmente conocida como la "enfermedad del beso o de los novios", ya que se transmite, principalmente, por la saliva. Esta infección tiene la peculiariedad de que si se da un antibiótico tipo amoxicilina o derivados puede provocar una erupción, generalmente suave. La de ayer era tan monumental que lo envié a nuestra experta dermatóloga para que confirmara mi diagnóstico. Ahora pensarán que es un caso propio del inefable Dr. Casa (House). No, el ínclito doctor le hubiera echado un rapapolvo al médico que recetó el antibiótico o le hubiera dado un bastonazo. ¿Por qué? La respuesta es bien sencilla: la mayoría de las infecciones del niño pequeño son a causa de virus; no hay tratamiento. Todo el mundo está oyendo que los gérmenes son cada vez más resistentes a los antibióticos. ¡Nos estamos quedando sin los más efectivos! Pasa ya como con el petróleo. Hemos consumido tantos que van quedando menos. Por eso sigo insistiendo en que los padres no atosiguen al médico para que le den antibióticos a su hijo.
Para acabarlo de arreglar, un artículo publicado recientemente en una de las mejores revistas del mundo (Chest 2007) señala que dar antibióticos al niño pequeño favorece el asma. Así, que ojo con estos medicamentos: curan pero también pueden ser un riesgo para la salud.

martes, 24 de julio de 2007

"Ya voy"

Celebérrima expresión que suele escucharse en todos los domicilios con adolescentes, por otra parte sanos y vigorosos. La pronunciación y tono varía en función de lo que esté haciendo el "presunto implicado". Suele exasperar a los padres, ya que se repite continuamente en situaciones determinadas como a la hora de la comida o de la cena. En muchas ocasiones, el tono es de prontitud y rapidez. "Aristóteles: ya está la comida". Una voz en lontananza grita presto: "¡Voy!", pero no aparece nadie. "Aristóteles... ¡a comer!" La voz presta: "Voy, voy", pero sigue sin aparecer ni un alma hasta que la casa retumba y se extremece: "¡¡¡¡¡¡Aristóteteles, si no vienes no comes!!!!!!" Entonces sí: aparece una figura derrengada o no para sentarse a la mesa.
A veces la respuesta suena más de ultratumba. El "ya voy" se pronuncia como un lamento desgarrado, expresión del dolor del joven o la joven enganchado al Messenger. Si se le repite la orden de ir a comer, responde con sensación de prontitud y colaboración anterior: "Voy, voy", pero sigue sin aparecer hasta que vuelve a retumbar la casa. Probablemente el "ya voy" es una de las expresiones que se usan más en los domicilios con jóvenes promesas de la vida. Eso sí, si llama un amigo, no lo dice; va como un meteorito al teléfono o adonde haga falta.
Debo reconocer que como "adolescente de la madurez" bastantes veces hago lo mismo. Muchos sábados, domingos y fiestas de guardar, estoy trabajando en el ordenador y a la hora de comer o cenar mi esposa me llama. Aunque sea mi plato preferido de pasta Rana(r) que pasa "del dente" a ser un pastiche incomible, enseguida contesto: "Ya voy"... y...

lunes, 23 de julio de 2007

En defensa de las madres que dan Leche de Fórmula (biberón)

¿Como es posible que ponga ese título? Usted, que debería a ultranza la lactancia materna....Efectivamente, defiendo la lactancia materna pero la experiencia te enseña que en la vida has de ser moderado y no extremista.

Dar biberones en su momento contribuyó, junto con los anticonceptivos y otras muchas cosas, a liberalizar la vida de la mujer. Después se comprendió que la lactancia materna nunca sería sustituida por nada. Por la ley del péndulo, en la actualidad, estamos ante una promoción de la lactancia materna, hecho con el cual estoy de acuerdo. Sin embargo, hay actitudes extremas que afirman que solo la lactancia materna es buena y lo demás es malo. Creo que este mensaje no beneficia en nada a la relación madre-bebé. Por muchas razones las madres actuales no pueden dar el pecho, algunas desarrollan un sentimiento de culpabilidad y tristeza "por no dar lo mejor" a sus hijos. Yo las tranquilizo y las animo a que den el biberón en vez de "estigmatizarlas" o enviar mensajes "subterráneos" tipo "qué lástima, haga un esfuerzo es que es lo mejor". Creo firmemente, y así se lo transmito, que lo importante es "que todos disfruten en la familia", que ella se sienta relajada y feliz. Una buena relación madre- hijo es mucho mejor que hacer algo "porque me toca".

domingo, 22 de julio de 2007

Entrega de la Placa de Segunda Clase de la Cruz Roja al Dr. García-Tornel

¡Caramba, qué importante es usted! Pues sí, lo soy para mi esposa, para mis hijos y para los que me quieren. Y esa placa de Segunda Clase ¡qué significa! Pues no lo sé. Se la dieron a mi abuelo, Lorenzo, gran médico cirujano y gran persona. La verdad es que he oído muy pocas veces hablar mal de él. Esta noticia apareció en La Vanguardia el miércoles 4 de octubre de 1939 en el apartado Vida de Barcelona, página 8. La he encontrado entre la miríada de papeles que estoy eliminando para hacer la reforma de la casa. ¡Qué difícil es decidir qué hacer con ellos! Forman parte de tu vida; de tu pasado y, un poco, de tu presente. Algún día hablaré del "abuelo Lorenzo". Cuando era pequeño y decía mi apellido me decían "¿tú eres pariente del Dr. Garcia-Tornel?" con asombro y reverencia. No sé, me encontraba raro al tener un abuelo tan importante siendo yo un mequetrefe. Era un médico de la época humanista, cirujano experto. En aquel momento no existían especialidades quirúrgicas. Era cirujano general y de los buenos. Gran orador (acabo de pasar de casete a CD el discurso que hizo en sus Bodas de Oro. Impresionante. Y eso que muchos comentaban que ya estaba mayor y había perdido un poco de empuje y brillantez).

Cuando celebró esas bodas yo era estudiante de Medicina. Me escribió una nota en el recordatorio de la comida. Jamás la he olvidado, procuro seguirla y la reescribo en muchas ocasiones para estimular a los jóvenes. Decía: "Espero que llegues a ser un médico de fama tanto por tu talento como por tu honradez profesional". La fama no me ha llegado, no importa. Tampoco aspiro a ella, pero sí he trabajado mucho partiendo de cero.