La expresión nativo digital se suele usar para denominar a aquellos nacidos a partir de mediados de los 90, quienes supuestamente acostumbrados a la presencia de ordenadores y otros dispositivos digitales en sus vidas no necesitan que nadie les enseñe a utilizarlos, lo que en la opinión de los que firmamos este libro, y de muchas otras personas, es un error de bulto.
Muchos de ellos si los sacas de Instagram, Snapchat, YouTube o de los programas que utilizan para descargarse música y películas, son tan patosos como el que más. Tampoco tienen ni idea de sus derechos y deberes en esta era digital.
Tampoco los padres salen muy bien parados en esto: a menudo miran para otro lado en cuanto al uso de las mal llamadas nuevas tecnologías y esperan que sea en el colegio donde se eduque a sus hijos al respecto, cuando en realidad esa educación tiene que tener lugar sobre todo en casa, y probablemente empezando con la adquisición de las competencias digitales pertinentes por parte de los padres. Y eso, en la actualidad, parece difícil.
Este libro contiene capítulos muy importantes que invitan a la reflexión. Algunos de ellos como los de Nuria Oliver o Genis Roca son de imprescindible lectura. Todo su contenido me ha reafirmado en mi idea de intentar promover una prueba o "examen" (semejante al de conducir) para valorar las competencias digitales de un joven antes de comprarle un móvil. De esta forma tendrán una idea clara de que el móvil se puede tener a partir de cierta edad y después de superada la prueba. Además, los padres tendrán un argumento "defensivo" para vencer las presiones constantes de sus hijos en la compra de estos artilugios pero también han de saber que ellos son los responsables subsidiarios del mal uso que se haga de ellos.
Esta sugerencia la plantearé en un próximo congreso médico.
Este libro contiene capítulos muy importantes que invitan a la reflexión. Algunos de ellos como los de Nuria Oliver o Genis Roca son de imprescindible lectura. Todo su contenido me ha reafirmado en mi idea de intentar promover una prueba o "examen" (semejante al de conducir) para valorar las competencias digitales de un joven antes de comprarle un móvil. De esta forma tendrán una idea clara de que el móvil se puede tener a partir de cierta edad y después de superada la prueba. Además, los padres tendrán un argumento "defensivo" para vencer las presiones constantes de sus hijos en la compra de estos artilugios pero también han de saber que ellos son los responsables subsidiarios del mal uso que se haga de ellos.
Esta sugerencia la plantearé en un próximo congreso médico.