¡Oh!, amigos. Mucho se ha escrito sobre dormir al bebé, pero hay un silencio sepulcral en lo que ocurre por las noches en muchas alcobas. Sí, sí, por la noche no todo el mundo puede dormir con niño/as más mayorcitos. Si pudiéramos filmar en plan "Gran Hermano" lo que sucede en los domicilios, nos quedaríamos pasmados de lo que pasa. Tanto que no podrán creer anécdotas como las siguientes.
Resumen general de muchas historias parecidas. Una niña, desde pequeña, siempre ha querido dormir con los papás. Éstos, amorosos y para "Dormir sin lágrimas" la han dejado años para que "no sufriera". Pero, claro, la nenita, se fue haciendo mayor, ocupaba más espacio, se movía o hacía ruidos . Pero lo que prevalecía era que la nenita estuviera confortable. El papá trabajaba duro y necesitaba descansar como el agua de mayo-por cierto, este año poca. El papá decidió que quería descansar y punto. Solución: sacó a su madre del dormitorio donde descansaba y la envió a dormir al sofá del salón. La mamá no quería dormir con la niña y con su suegra. La madre con la niña, el papá en la cama de la abuela y la abuela en el sofá. Así todo el asunto se resolvió y hubo paz familiar. Y colorín, colorado....
En otras ocasiones no hay tanto trasiego. Generalmente el padre o la madre van a dormir a otra habitación según el criterio de su hijo/a y listo. ¡Se acabó el problema!. Pregunta: ¿que harán los padres para tener más hijos? Casi seguro que nada: con lo vivido ya están satisfechos.
Otra modalidad nocturna es la estatua. ¡Increíble, emocionante, esforzada y voluntad férrea! ¡qué sensibilidad y amor!. La modalidad estatua que dura varios años tiene dos modalidades: horizontal y vertical. La horizontal consiste en que el padre o la madre, a criterio del vástago, se acuestan a lo largo de la cama juntos hasta que éste se duerme. La vertical es similar pero con silla. Uno de los progenitores seleccionados para esta humanitaria labor se sienta en una silla junto a la cama y se cogen de la mano hasta que el nene o la nena entran en los brazos de Morfeo. La última variedad me la explicaron el otro día. Una niña promedio (8 años) se dormía cogiendo el dedo índice del escogido.
Seguro que se han enternecido con estas historias de amor nocturno. No se repriman, si han de llorar, lloren. Días, meses, años acostados o sentados para el bien dormir de sus "polluelos". Día tras día, noche tras noche, año tras año..........personalmente creo que el Santoral debería recoger (no sé si está) un día del Santo Desconocido y hacer un monumento o una enseña para ellos.