Se ha armado mucho revuelo por la aparición de esta vacuna. En realidad, es mejor referirse a enfermedad meningocócica que a meningitis meningocócica. La incidencia de la enfermedad invasiva está declinando en los últimos 10 años y con una onda epidémica baja. Sin embargo, la comercialización de esta vacuna, como en otros casos recientes, ha creado un conflicto importante entre las autoridades sanitarias y las familias. Los padres que se han lanzado en tromba a vacunar a sus hijos se han quedado sin dosis de recuerdo hasta primavera de 2016 y los que quieren hacerlo no pueden porque hay desabastecimiento por parte del fabricante.
Las "autoridades sanitarias", expertos en vacunas y el laboratorio están creando, de nuevo, la sensación de que "lo de las vacunas es un cachondeo"