jueves, 28 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Las intoxicaciones por medicamentos en niños está aumentando
Por lo menos, así ocurre en EEUU según el informe SafeKids. A pesar de que los padres saben los riesgos de dejar los medicamentos al alcance de los niños y de las medidas que se toman con los envases para impedir que éstos los puedan abrir, en el año 2011 más de 67000 niños se atendieron (un 30% más que en la última década).
Por eso vale la pena que pulsen aquí para ver la campaña Up and Away (en español) promovida por el Centers for Disease Control and Prevention. Procure seguir sus recomendaciones para no tener un disgusto. No tengo datos recientes de las intoxicaciones infantiles en España pero si su hijo ingiere un tóxico o un medicamento, no dude el llamar al Centro Nacional de Toxicología (Tel. 915620420). Ponga ese número en los contactos de su listín telefónico o en un adhesivo bien grande al lado del teléfono fijo de su casa.
Palabras clave
Centro Nacional de Toxicología,
intoxicación,
tóxicos,
urgencias
martes, 26 de marzo de 2013
Sólo los muy veteranos sabrían de donde he sacado este texto
El niño o niña mal educado
- Mueve disputas entre los hermanos, les insulta o les pega por cualquier motivo
- Disgusta a los padres, les desobedece y no les tiene respeto
- Echa a perder los muebles, juguetes y demás objetos
- Se enfada, grita, patea; quita dinero, dulces, frutas; lloriquea fácilmente
lunes, 25 de marzo de 2013
El adolescente pasa períodos de hipocondría o ansiedad por la salud
Las personas que se preocupan en exceso por su salud son reales y que pueden provocar un gran malestar y se dice de ellos que son “hipocondríacos/as”. La ansiedad por la salud es un trastorno psicológico en que la persona piensa que tiene una enfermedad a partir de la interpretación errónea de determinadas sensaciones o percepciones.
Los "síntomas" aparecen por diferentes motivos, como pueden ser: los cambios corporales normales, el estrés y la preocupación. Cuando una persona está preocupada o siente “estrés”, puede experimentar algunos síntomas físicos que son producto del propio estrés. Por ejemplo, una persona puede tener dificultad para respirar, dolor en el pecho o sensaciones de hormigueo en los dedos. La persona puede malinterpretar estos síntomas y pensar que está “gravemente enfermo/a”. Estos pensamientos hacen que la persona se preocupe y la preocupación por sí misma hace que aumenten los síntomas físicos, entre en un círculo vicioso del que es difícil salir y tenga sensaciones o pensamientos como: " tengo dolores en/ de ....”, "me puedo morir”, “¿es un ataque cardíaco?”, “no podré estudiar” “tengo meningitis”, “estoy enfermo”, "no estoy bien" y otras muchas. En el adolescente hay algunos factores que favorecen ser hipocondríaco como:
- Sociales y culturales relacionados con una excesiva y errónea información médica sobre las enfermedades
- Prestar excesiva atención a los síntomas físicos
- Creencias erróneas acerca de lo que es estar sano o estar enfermo (por ejemplo: “Una persona sana no tiene síntomas físicos”
- Falta de habilidades para afrontar sucesos estresantes como, por ejemplo, no saber defender su postura delante de los demás o, por el contrario, no saber reconocer sus propias necesidades ni buscar estímulos positivos o no saber relajarse
La ansiedad por la salud es tratable y tiene buena respuesta si se hace con un psicólogo experto. Si su hij@ tiene muchas molestias físicas que no responden a ninguna causa orgánica, es muy aconsejable hacer hablar con un experto. En mi consulta lo primero que hago es descartar que no tenga una enfermedad física y si todo es normal recomiendo a los padres una evaluación por un especialista como Ana Martínez (Centre ITAE)
Palabras clave
adolescentes,
ansiedad,
Centro ITAE,
hipocondria
domingo, 24 de marzo de 2013
Trastornos del sueños más frecuentes en el niño y el joven
A continuación menciono los trastornos del sueño más frecuentes en los niños pero no están ordenados por su frecuencia:
- Sonambulismo. El niño se levanta de su cama y, dormido, hace actividades que pueden ser habituales (caminar por la casa es lo más común); entre los 4 y 8 años es la edad más frecuente de aparición y se resuelve espontáneamente al llegar a la adolescencia.
- Bruxismo. Rozar o rechinar los dientes durante el sueño; erróneamente se ha creído que se debe a la presencia de parásitos intestinales, pero en realidad se debe nerviosismo o angustia del infante; debe consultarse al dentista para evitar el desgaste de las piezas dentales.
- Somniloquia. Hablar mientras se está dormido, lo cual no constituye ningún problema y no requiere tratamiento.
- Narcolepsia. Somnolencia excesiva que le obliga a tener siestas frecuentes de corta duración (10 a 20 minutos) que puede acompañarse de cataplexia (pérdida brusca de fuerza en brazos y piernas); suele ser más frecuente a los 14 años.
- Terrores nocturnos. En las primeras horas del sueño, el niño despierta agitado, llorando, sudando y no recuerda nada de lo que le ha causado el malestar. Afecta a 3% de los pequeños y se resuelve espontáneamente en la adolescencia.
- Pesadillas. Sueños con experiencia de miedo que generalmente despiertan a quien lo sufre, estando totalmente consciente y siendo capaz de contar lo que ha soñado; ocurren generalmente en las últimas horas de la noche y son más frecuentes en niños entre 3 y 6 años.
- Apneas. Estudios científicos indican que 12% de la población infantil en edad escolar ronca, lo cual puede no ser causa de alarma para los padres, pero lo será cuando se presentan apneas (dejar de respirar unos segundos) en el momento del ronquido; la consecuencia es que, de ser frecuente o por periodos prolongados, la oxigenación corporal es irregular especialmente en el corazón y cerebro. Son más comunes en niños con obesidad y sobrepeso.
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