- 1 cable ....................................1 $
- Cambiar cable ...................5 $
- Honorarios:..............60.000 $
Ayer me ocurrió algo parecido. Veinticuatro horas antes los padres de una bebé de 4 meses vinieron como 1ª visita para consultar temas, especialmente el de la alimentación. Al entrar en mi despacho, de inmediato, me llamó la atención la forma de su cabeza: era deforme. Durante la visita los padres solo me hacían preguntas sobre la alimentación hasta que llegó un momento en el que, con discreción, les pregunté: "¿Nunca les han comentado los médicos nada acerca de la forma de la cabeza de la niña?" Me respondieron que les habían dicho que tenían que esperar, porque con el tiempo mejorararía. Al explorarla comprobé que tenía una craneostenosis -un cierre precoz de las suturas de los huesos del cráneo- que puede dar lugar a retraso mental y ceguera. La solución es quirúrgica y requiere una intervención precoz. Como es comprensible los padres se quedaron consternados y ante su desespero, me preocupé de hacer los trámites necesarios para que fuera examinada lo antes posible por un neurocirujano. Estuve tanto tiempo para informarles bien y tranquilizarlos un poco que la consulta se alargo mucho. Por esta razón, varias visitas que estaban esperando, se fueron para volver otro día.
Al día siguiente, el mismo matrimonio volvió a pedir cita. Los atendí y repetí todo lo que habíamos hablado el día anterior sobre la alimentación. La visita duró 55 minutos, controlados por la enfermera. Al salir se negaban a pagar mis honorarios -creo que son modestos- porque "consideraban que la visita era la continuación de la del día anterior". La situación fue tensa pero al final accedieron a pagar. Por eso digo que pasé de la alegría -por el diagnóstico y la ayuda- a la amargura por la ruindad.
Un sabio jurista de Barcelona me dijo en una ocasión: "Los que tenemos profesiones liberales, especialmente abogados y médicos, en muchas ocasiones la gente cree que no nos han de pagar si nos piden opinión-consulta profesional y sólo te dan las gracias. La explicación es muy sencilla: nosotros no envolvemos nada". Los abogados ya han espabilado y por requerir sus servicios te solicitan una provisión de fondos.
A nadie se le ocurre ponerse o quitarse tetas, esculpir su cuerpo, alargarse el pene/aumentar clítoris o mil chorradas más sin pagar al cirujano. Hasta piden préstamos.
Los pediatras somos la infantería de la medicina, poco valorados y poco remunerados. Yo tengo la suerte de tener una clientela estupenda con la que me lo paso bomba. De vez en cuando soporto padres LST (véase la entrada de calificación de padres) pero no me gusta visitar a personas miserables cuando sabes que tienen recursos económicos sobrados.
Así es la vida.
Al día siguiente, el mismo matrimonio volvió a pedir cita. Los atendí y repetí todo lo que habíamos hablado el día anterior sobre la alimentación. La visita duró 55 minutos, controlados por la enfermera. Al salir se negaban a pagar mis honorarios -creo que son modestos- porque "consideraban que la visita era la continuación de la del día anterior". La situación fue tensa pero al final accedieron a pagar. Por eso digo que pasé de la alegría -por el diagnóstico y la ayuda- a la amargura por la ruindad.
Un sabio jurista de Barcelona me dijo en una ocasión: "Los que tenemos profesiones liberales, especialmente abogados y médicos, en muchas ocasiones la gente cree que no nos han de pagar si nos piden opinión-consulta profesional y sólo te dan las gracias. La explicación es muy sencilla: nosotros no envolvemos nada". Los abogados ya han espabilado y por requerir sus servicios te solicitan una provisión de fondos.
A nadie se le ocurre ponerse o quitarse tetas, esculpir su cuerpo, alargarse el pene/aumentar clítoris o mil chorradas más sin pagar al cirujano. Hasta piden préstamos.
Los pediatras somos la infantería de la medicina, poco valorados y poco remunerados. Yo tengo la suerte de tener una clientela estupenda con la que me lo paso bomba. De vez en cuando soporto padres LST (véase la entrada de calificación de padres) pero no me gusta visitar a personas miserables cuando sabes que tienen recursos económicos sobrados.
Así es la vida.