sábado, 11 de junio de 2011

El pediatra kleenex

Soy optimista ante las adversidades. La vida me ha tratado regular pero muy bien en comparación con los que viven en otras latitudes. No puedo ni debo quejarme. No he vivido ninguna guerra, nunca me ha faltado comida, he podido trabajar, mantener a la familia, vivir bajo techo; en ese sentido he sido y soy un privilegiado. Cuando me comparo con mi entorno la cosa cambia un poco; las enfermedades y la muerte me han golpeado con rudeza... pero sigo vivo.

Con el paso de los años he intentado convertirme en un pediatra formado. He aprendido mucho y he dado de mí todo lo que podía. Como siempre dicen en los colegios de la mayoría de los alumnos: "podía haber hecho más", pero uno no puede estar siempre al 100%. Ahora me encuentro en una situación nueva con la Gran Depresión del 2009. Muchos de mis amigos y de mis pacientes están sin trabajo. Salvo algunos afortunados muchas familias viven precariamente y, a pesar de la recuperación económica del resto de Europa, cada día es más evidente el pozo en el que se está hundiendo nuestro país.

En la consulta, cada vez con más frecuencia, hago de pediatra kleenex; intento consolar, animar o ayudar a los que  no tienen trabajo, se divorcian, se desesperan o tienen depresiones pero, a medida que pasa el tiempo creo que esta crisis es tan fuerte que durará hasta el 2025 tal como predijo un economista. ¿Creen que las dificultades económicas durarán tanto tiempo?

Mis cajas de kleenex, ¿existirán todavía?

viernes, 10 de junio de 2011

Entre estas dos portadas de la revista Mi Pediatra hay una diferencia



No puedo dar un premio al que acierte pero es para estimular su sagacidad y capacidad de observación. Entre estas dos portadas de la revista para padres cuya cabecera es Mi Pediatra hay una diferencia. Ésta refleja un cambio de orientación radical por unos problemas que no vienen al caso. La diferencia no esta en los titulares de sumario sino en un pequeño apartado fijo. ¿Son capaces de descubrir cuál es?


jueves, 9 de junio de 2011

¿Miedo en la consulta? En la del Dr. Santi, no

Sorprendentemente la mamá de Carlota llevaba una cámara de fotos y, como pueden ver, la niña, de dos años, está tranquilamente tumbada como si estuviera tomando el sol en Taití, Cancún o Varadero con una pierna cruzada sobre la otra sonriéndome divertida... Esta postura es habitual en muchos niños que vienen a visitarse y me enorgullece porque, de alguna forma, me muestran su confianza y su cariño.

Modestia aparte, se quedarían sorprendidos de lo bien que se lo pasan la mayoría de los "pájaros"que acuden a mi consulta, . Hasta los 18 meses la mayoría de las visitas son algo traumáticas porque se les ponen las "banderillas" -vacunas-, se les "pone el palo" -depresor- en la boca y se les tiene que sujetar para que no se muevan... Total, que no debe ser nada agradable ir al pediatra. Respecto a poner vacunas en niños mayores, he desarrollado una técnica muy chula y sofisticada a base de vibración y, no es por fardar, pero lloran poco.

Aunque cada niño es un mundo, con los años y la experiencia, he llegado a dominar situaciones increíbles. Me ayuda mucho mi vozarrón cuando me pongo serio pero no les asusta cuando juego con ellos.

miércoles, 8 de junio de 2011

No diga engordado o adelgazado. Tenga cuidado sobre los comentarios jocosos sobre la gordura

A pesar de las buenas intenciones, los padres y los adultos hacen comentarios "inocentes" o "despectivos" que pueden promover o agravar los problemas sobre la imagen corporal de los niños y jóvenes (de sus hijos) sobre la imagen corporal. estos mensajes pueden llegar a ser nocivos o demoledores dependiendo de la edad de un joven y,  muy especialmente, de las chicas:  "¡qué gorda se ha puesto!, ésa chica tiene un culo enorme, te vas a poner como un Buda o un tocino, estás gordo/o, come más que eres un palillo, comes tan poco que pareces anoréxica". Algún comentario puede reforzar el inicio de una anorexia nerviosa incipiente: "¡qué bien! por fin te estás adelgazando..."

El niño va internalizando estos comentarios. Los niños que carecen de autoestima, que están especialmente necesitadas de aceptación y aprobación de los demás, son particularmente sensibles a las percepciones de los padres, familia, compañeros y medios de comunicación. Un niño/a que va "tragando" esas críticas o comentarios denigrantes de los padres sobre la importancia de la apariencia física será  propenso/a  a desarrollar trastornos de su propia imagen corporal propia, así como una falta de auto-aceptación, miedos y obsesiones frente a los alimentos. El 80% de las niñas de 8-9 años de edad ya tienen sentimientos negativos acerca de sus cuerpos. Además, los comparan con los que aparecen en el mundo del deporte y los medios de comunicación y se sienten inferiores.

Estas preocupaciones, en ocasiones, se transmiten de generación en generación. Algunos padres valoran demasiado su figura quejándose constantemente de su propio peso y expresan la necesidad de hacer dieta, restringir los alimentos o hacer ejercicio excesivo. Los niños aprenden eso y creen que debe ser así y se sienten culpables cuando han de comer alimentos que sus padres detestan.

Por lo tanto, eviten los mensajes ofensivos. Los niños han aprender a disfrutar de una relación saludable con los alimentos. ¡Ah! Y, a partir de ahora, no digan "me/has/te engordado", "me/has/te adelgazado", "esto engorda/adelgaza". Se sube o se baja de peso, nada más.

martes, 7 de junio de 2011

Para los niños y jóvenes que hacen deporte...sólo agua

Hace un tiempo ya hablé en este blog de las bebidas energéticas o, mejor dicho,de las "bombas" energéticas y sus riesgos para los niños y jóvenes, en relación o no con los deportes. Ahora, la AAP (American Academy of Pediatrics) ha presentado un informe, publicado  en la revista Pediatrics (junio 2011), en el que analiza los componentes de las bebidas deportivas y energéticas y demuestra que hay una gran confusión y un mal uso de estos productos. Las bebidas para deportistas y las bebidas energéticas son productos completamente diferentes.

Las bebidas deportivas: contienen hidratos de carbono, electrolitos, minerales y aromas. Se supone que reponen los electrolitos y el agua que se pierde por el sudor. Los atletas jóvenes que participan en actividades deportivas intensas y prolongadas pueden beneficiarse de estas bebidas deportivas. Sin embargo, en la mayoría de los casos son innecesarias. Las bebidas energéticas: contienen estimulantes como taurina, guaraná y cafeína. La cafeína se ha asociado con varios efectos perjudiciales en los niños, efectos que pueden causar trastornos en los sistemas cardiovascular y neurológico durante el desarrollo del niño. Las bebidas energéticas son totalmente inadecuadas para los niños y adolescentes.

La AAP ofrece las siguientes recomendaciones para el consumo de bebidas energéticas y bebidas para deportistas:
  • Explicar la diferencia entre las bebidas energéticas y las bebidas deportivas a los niños que tratan y a sus padres o cuidadores. Se deberían explicar con claridad los riesgos que suponen para la salud
  • Los niños y adolescentes no deben consumir bebidas energéticas. Contienen estimulantes y suponen un verdadero riesgo para su salud. Quienes cuiden de ellos deben estar plenamente informados de los peligros de estas "bombas"
  • En la mayoría de los casos el niño que hace ejercicio necesita sólo rehidratación, no calorías adicionales. Las bebidas deportivas contienen hidratos de carbono (azúcares) que pueden contribuir al sobrepeso y a la obesidad. Además, favorecen la caries dental
  • Se debería insistir a los niños y a sus padres o cuidadores que los niños y adolescentes sólo deben consumir bebidas deportivas cuando realicen ejercicio intenso y prolongado; sólo en ese caso puede haber una necesidad de hidratos de carbono y electrolitos, además de rehidratación. Sino es así, agua pura y cristalina embotellada, no del grifo
En resumen, en la mayoría de los casos, no hay nada mejor que el agua para un niño que hace ejercicio y necesita beber para hidratarse. La publicidad es engañosa y parece ir dirigida a niños y adolescentes. Sin embargo, las bebidas energéticas contienen una gran cantidad de cafeína (a veces camuflada bajo el guaraná), que si se toma en grandes cantidades puede ser peligrosa.

lunes, 6 de junio de 2011

Lo que faltaba: la amigdalectomía incrementa el riesgo de infarto cardíaco en un 44 %

La amigdalectomía incrementa el riesgo de infarto de miocardio en un 44 por ciento y la apendicectomía en 33 por ciento. Así de contundente sale la noticia en muchos medios de comunicación y, claro, después de leerla, los padres quedan impresionados y más asustados frente a una posible o necesaria extirpación de amígdalas a sus hijos.

El estudio,  publicado en el European Heart Journal, está realizado por investigadores del Departamento de Salud Pública del prestigioso Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia), y eso puede dar más fuerza a la noticia ya que aseguran que quienes se someten a una operación quirúrgica antes de los 20 años para extirparles las amígdalas o el apéndice tienen más riesgo de sufrir un infarto en el futuro.

Actualmente se estima que entre el 10 y 20 por ciento de los jóvenes se someten a una intervención para extirpar uno de estos dos órganos linfoides aunque en las últimas décadas se recomienda no hacerlo a menos que estén causando problemas persistentes o graves (apendicitis). Es decir, que hoy en día, los pediatras tenemos las indicaciones muy claras de cundo se debe operar o no de amígdalas (no tanto en la extirpación de adenoides y/o colocar drenajes en los oídos).

Sin embargo, al final del articulo y de su resumen los autores ponen el famoso estribillo para que pueda colar como una novedad "but further studies are needed to confirm these findings and to explore possible mechanisms". En pocas palabras, que hace falta comprobar si es verdad y, en caso afirmativo, averiguar qué mecanismos inflamatorios influyen en esa asociación.

Si han de operar a su hijo no tengan en cuenta esta información. Todavía no se ha demostrado nada. ¡Ah! Si quieren ver cómo se realizan estas intervenciones vean este vídeo; es muy ilustrativo.

domingo, 5 de junio de 2011

No todo es tecnología y el hombre pierde recursos (II)

Sigo con el relato de ayer. Hace poco di una charla, comentada en este blog, en un colegio de una población cercana en el que me aseguraron que tenían todos los medios audiovisuales al uso. Con la prudencia de mis fracasos anteriores, me llevé mi ordenador y mi proyector. Al llegar al colegio la sorpresa fue mayúscula; a la sala de actos se accedía por claustro precioso porque era una antigua iglesia remozada.Un espacio inmenso con una pantalla situada en lo alto -correspondiente al retablo- con el proyector de techo a mucha distancia conectado a un ordenador que no funcionaba. Mi primer error fue el no haber preguntado exactamente de qué medios disponían. Rápidamente monté mi "parada" pero, desastre total, mi proyector no alcanzaba a la pantalla fija de auditorio. Como era un colegio pedí al encargado de abrirnos la sala que rápidamente fuera a buscar alguna pantalla enrollable en alguna clase. Era la hora de empezar y no llegaba. No esperé más; empecé la charla sobre una superficie de madera muy clara que permitía ver muy bien mi exposición. Mi segundo error fue no haber comprobado bien la charla antes de ir: los vídeos fallaron. Tuve que improvisar y, a pesar de todo, creo que salí airoso del apuro. A la salida pude saludar al encargado, sudoroso; no había encontrado ninguna pantalla.

En un congreso muy reciente celebrado en Barcelona yo "actuaba" delante de un conocido cirujano experto en marketing médico y, quizás, un poco pagado de sí mismo. Aparte de llegar tarde injustificadamente, una falta de respeto hacia los demás, inició una charla espectacular sobre las bondades de la tecnología e Internet pero al primer vídeo, poco relevante, se quedó atascado y, en vez de continuar tuvimos que esperar a que el técnico en audiovisuales lo arreglara. El resultado final fue que tuvo que tragarse la mitad de la charla, por falta de tiempo, acabándola a toda prisa. Un fallo de planificación elemental, resaltado en todos los manuales de oratoria pública.

La conclusión, por tanto, es que estamos en los albores de la tecnología digital para los no profesionales y que el ser humano va perdiendo la capacidad de reacción frente a una situación inesperada pero previsible. Un chiste muy sencillo de hace muchos años: "Señores, estamos a punto de despegar en el avión, sin pilotos, más moderno del mundo. Podrán comprobar que todo funciona, que todo funciona, que todo funciona, que todo funciona, que todo funciona...". ¿Lo han captado?