sábado, 24 de mayo de 2008

Algunas reglas de oro para impartir disciplina

Independientemente de que usted sea un defensor de la disciplina más estricta o de que se tome este tema con más tranquilidad, las siguientes recomendaciones le pueden ayudar a diseñar una estrategia de disciplina que a largo plazo será beneficiosa tanto para usted como para su hijo.
  • Fomente y recompense siempre la buena conducta, aparte de castigar la mala conducta.Cuando pueda elegir, decídase siempre por la opción más positiva. Por ejemplo, supongamos que su hijo de dos años va directo hacia la estufa; debería intentar distraerlo en lugar de esperar a que se meta en problemas. Y cuando compruebe que él solo ha elegido hacer algo aceptable en vez de algo que no está permitido, felicítelo por haber tomado la decisión correcta. Demostrándole que se siente orgulloso de él, le hará sentirse a gusto consigo mismo y fomentará que se porte bien en el futuro.
  • Establezca normas que ayuden a su hijo a controlar sus impulsos y a comportarse correctamente en sociedad sin coartar su deseo de independencia. Si impone unas normas demasiado restrictivas, su hijo podría tener miedo de explorar por su cuenta o de probar nuevas habilidades.
  • Tenga siempre en cuenta el nivel evolutivo de su hijo a la hora de fijarle límites y no espere cosas que están por encima de sus posibilidades. Por ejemplo, un niño de dos o tres años no puede controlar el impulso de tocar las cosas que le parecen atractivas. Por lo tanto, no es realista esperar que no toque los artículos expuestos en un colmado o en una tienda de juguetes.
  • Aplique castigos adaptados al nivel evolutivo de su hijo. Por ejemplo, si decide enviar a su hijo de dos años a su habitación por haberse portado mal, no lo deje allí más de cinco minutos; si lo deja más tiempo se olvidará de por qué está allí. Si prefiere argumentarle las cosas en lugar de castigarlo, háblele utilizando palabras sencillas y concretas. No utilice nunca argumentos hipotéticos del tipo "¿Cómo te sentirías, si yo te hiciera lo mismo? Ningún preescolar puede entender este tipo de razonamientos.
  • No modifique las normas o los castigos aleatoriamente. Así sólo conseguirá confundir a su hijo. Conforme vaya creciendo, lógicamente, sus expectativas sobre el comportamiento de su hijo. irán cambiando. Pero, cuando usted modifique alguna norma, hágaselo saber y explíquele por qué. Por ejemplo, cuando su hijo tenía dos años, usted podía tolerar que le estirara de la ropa cuando quería que le hiciera caso, pero, cuando cumpla cuatro, es posible que prefiera que se dirija a usted de una forma más madura. Cuando decida cambiar una norma, explíqueselo a su hijo antes de empezar a aplicarla.
  • Asegúrese de que todos los adultos que viven en su casa y las demás personas que vayan a cuidar de su hijo entiendan las normas y los castigos que se deben utilizar para disciplinarlo. Si un padre dice que algo está bien y el otro lo prohíbe, el niño está condenado a vivir. confundido. Al final, descubrirá que puede salirse con la suya poniendo a un padre contra el otro, lo que les complicará la vida a todos, tanto ahora como en el futuro. La mejor forma de evitar este tipo de "batallas" es presentar un único frente.
  • Recuerde que usted es un modelo de rol fundamental para su hijo. Cuanto más coherente y sensato sea su comportamiento, más probabilidades habrá de que el comportamiento de su hijo refleje esas cualidades. Si, contrariamente, usted le da un cachete o una bofetada cada vez que se salta una norma, le trasmitirá con su ejemplo que es correcto resolver los problemas utilizando la violencia.

viernes, 23 de mayo de 2008

Hoy toca "cosas de famosos". Red carpet in Cannes

Algún lector me ha insinuado si la existencia de Lady Mintenig no es cierta y que es un personaje de ciencia ficción. Pues no. Es de carne y hueso y ha estado en Cannes rodeada de los famosos, como debe ser. Genio y figura, periodista y fotógrafa se ha ganado a pulso la asistencia a tan magno evento. En una de las fotografías se ve la nube de fotógrafos que la esperaba. Ella, rápida como una centella, los fotografió antes. En la otra imagen, mi Lady aparece en la alfombra tan deseada por aquellos que quieren ser famosos.

A los que de momento no lo somos, aunque nos haría ilusión, sugiero un programa de adaptación por si llega a ocurrir. En Ikea nos compramos una alfombrita roja y al entrar en casa lo hacemos sobre ella con paso solemne. Philips vende un gadget que —naturalmente, me lo he comprado y lo recomiendo como complemento de la alfombra— al pasar junto a él se enciende automáticamente. ¡Imagínense!: entrar en casa por una red carpet y ser flasheado automáticamente. ¡Uaaaaahhhh!!!!!! El que no disfruta con los pequeños detalles es porque no quiere o sus neuronas andan mal conectadas.

jueves, 22 de mayo de 2008

Increíble: la uvulectomía "tradicional"

Ayer por mañana tuvimos una sesión clínica especial. A través de videoconferencia nos conectamos con el Hospital de Melilla, ciudad en la que conviven cinco culturas pacíficamente. Sus médicos hacen un esfuerzo ejemplar.Los Dres. Pedro Cuesta y Joaquín Lamas fueron los amables interlocutores (¡Gracias!). Nos presentaron una intervención ritual - médica practicada en algunas zonas de Africa en unas condiciones increíbles a los bebés y niños pequeños: la uvulectomía. Sabía de ella porque, en la medicina de nuestros lares, los especialistas en ORL la emplean para tratar roncopatías.

El maltrato infantil ha sido una constante en la historia de la humanidad. Aristóteles decía: "Un hijo o un esclavo son propiedad y nada de lo que se hace con la propiedad es injusto". Aristipo señalaba que "un hombre puede hacer lo que quiere con sus hijos, pues acaso no nos desprendemos de la saliva, los piojos y otras cosas que no sirven para nada y sin embargo son engendradas e incluso alimentadas en nuestras mismas personas". En Roma el "pater familia" tenía el derecho sobre la vida de sus hijos, de modo que podía venderlos, abandonarlos o matarlos.

La mutilación ha formato parte de este constante maltrato. Unas, por motivos rituales - religiosos y, otras, para dejar incapacitado al niño y se dedique a la mendicidad y ganar dinero. Terrible. En la actualidad son conocidas la ablación del clítoris y la circuncisión. Sin embargo, desconocía la extirpación de la úvula o campanilla a los bebés o niños pequeños por creer que es incómoda, les impide respirar, comer o simplemente por tradición. He buscado en la bibliografía médica occidental y en inglés hay numerosos artículos sobre "traditional uvulectomy".

El hombre es el ser más malvado de las especies de la tierra...

miércoles, 21 de mayo de 2008

Mareos, dolores de cabeza y barriga, y cansancio. Diagnóstico: exámenes

Parece mentira; el curso escolar ya se está acabando. Dentro de pocos días los afortunados estudiantes podrán "veranear" mientras que los currantes tenemos sólo "vacaciones" marcadas por el trabajo. Estos días es frecuente ver a niños y jóvenes con mareos, dolor de cabeza, abdominalgias, cansancio, insomnio, mal humor... Vamos; todo un panorama nada agradable.

Con los exámenes llega un estado anímico especial. La preocupación es la intranquilidad que produce algo que sucede o va a suceder. A medida que se acerca, ese algo puede convertirse en ansiedad y, en algunos casos, en miedo. Jugarse parte del futuro en una prueba requiere una gran concentración, y eso sume a muchas personas en un "estado de nervios". El día del examen algunos se encuentran mal: dolores de barriga y cabeza, taquicardia, tensión muscular, sudoración fría en las manos, boca seca y ganas de orinar a menudo. En pocas palabras, son síntomas de ansiedad frente a los exámenes. Es la llamada ansiedad de ejecución.

Este tipo de ansiedad es el que experimenta una persona cuando le preocupa cómo va a rendir (hacer algo), sobre todo cuando se trata de algo muy importante. Por ejemplo, presentarse a una prueba de selección para formar parte de un equipo, un casting o una organización. Todo el mundo -adultos y niños- experimentan alguna ansiedad antes de un examen. De hecho, una pequeña dosis de ansiedad puede ser positiva, al mantenerte centrado en la tarea y concentrado. Pero cuando los síntomas son muy intensos, afectan a la conducta, a la concentración, y al rendimiento intelectual. Con tanta presión el cerebro se bloquea y muchos se "quedan en blanco". Esto ocurre, en ocasiones, cuando ha habido malas experiencias anteriores. Cualquiera puede sentir ansiedad ante los exámenes, pero aquellas personas que quieren contestar bien a todas las preguntas son más propensas a sentirse de ese modo. Esto recibe el nombre de perfeccionismo. Los niños que se preocupan mucho también pueden ponerse ansiosos a última hora. A los niños perfeccionistas y que tienden a preocuparse más de la cuenta les cuesta mucho aceptar sus propios errores o no sacar una calificacion perfecta. Esto crea una gran presión sobre ellos.

No hay recetas mágicas para tratar este tipo de ansiedad. Aunque las recomendaciones generales suelen ser conocidas, no todo el mundo las sigue:

  • buena preparación con técnicas de estudio adecuadas antes de los exámenes
  • acostarse temprano y despertarse pronto para estudiar. Los esfuerzos nocturnos para el estudio desgastan el cerebro
  • no tomar medicamentos "tranquilizantes"; enlentecen la actividad cerebral. Un casos especiales, en pacientes míos, les doy un medicamento (beta bloqueante) que quita estas sensaciones sin afectar al "cerebro"
  • no pensar en otros exámenes; lo pasado, pasado está
  • antes de entrar al examen, evitar a los sabiondos y prepotentes para no tener sensación de inseguridad
  • leer las preguntas pausadamente y comprenderlas bien
  • intentar ser positivo como ya dije hace tiempo; aplicar el eslogan de Obama "yes, we can", que traducido significa "sí, podemos"; en este caso aludo al "sí, yo puedo".
  • técnicas de relajación: respirar hondo, andar o mover las piernas como nos recomiendan al viajar en avión. La relajación oxigena el cerebro y lo desbloquea
  • no hacer preguntas al salir del examen, y decirse a sí mismo "he hecho todo lo que he podido"
En mi época estudiantil, muchos llevaban estampas con una plegaria escrita con todo primor y fervor que rezaba así: "Virgen Santa, Virgen Pura haz que apruebe esta asignatura". Y es que la inspiración divina también influía lo suyo. Lo que ocurre es que la Virgen, en ocasiones respondía con dulzura: "estudia más caradura".

lunes, 19 de mayo de 2008

Decir la verdad, insinuar o callar


En una de mis entradas anteriores, una mamá me habla sobre su preocupación por el comportamiento del hijo de unos conocidos suyos. Parece tener unos rasgos autistas marcados; sin embargo, los padres no están preocupados ante un comportamiento tan extraño. En pediatría, con frecuencia nos topamos con padres demasiado preocupados por la salud de sus hijos; y con otros que tienden a minimizar comportamientos claramaente anormales y que son evidentes para los otras personas que les rodean.

Aunque el trastorno sea alarmante, los papás no toman ninguna medida porque aducen que "es cosa de la edad", "con el tiempo mejorará" o "no es para tanto". No se dan cuenta -sí, sí, no captan- de que su hijo presenta una anormalidad. Los amigos, con buen criterio, arden en deseos de hacerles ver que a su hijo debe examinarlo un especialista pero no se atreven a decirlo por si los padres se molestan. Sólo si tienen una buena y leal amistad, se atreverán a hacerlo: "Me preocupa cómo evoluciona tu hijo; lo veo algo diferente a la mayoría; ¿por qué no solicitas una segunda opinión a un experto?". Si no hay demasiada amistad o los padres son irascibles, se puede insinuar el asunto a modo de símil comentando que el comportamiento de ese hijo les recuerda a alguien conocido con un comportamiento similar.

El niño sobre el que me consultan tiene 16 meses. Yo, a pesar de que soy antiguarderías, lo primero que haría es llevarlo a una. Una cuidadora con experiencia capta en menos de 24 horas si el niño es normal o no. La opinión de las cuidadoras es muy importante. Tienen una ventaja sobre los padres y el pediatra: observan al niño durante horas y pueden comparar su comportamiento con el de los otros niños de su misma edad.

Si alguna vez alguna cuidadora les advierte de que su hijo "parece tener un problema", no lo duden: vayan de cabeza al pediatra.

Tesón o temeridad

Saben que me gustan las carreras de motos. Hay varios pilotos a los que admiro. A unos por su habilidad, a otros por su simpatía y a otros por su tesón. Hay un corredor, que no es santo de mi devoción, pero que en este fin de semana ha demostrado dos componentes del carácter muy frecuentes en el niño pequeño. No les digo el nombre porque a muchos papás eso de las motos les importa un pito como a mí el fútbol. Lo que ha hecho ese corredor, ¿son cualidades o defectos? La primera, el tesón, esto es la decisión y perseverancia que ha puesto en la ejecución de algo como ha sido participar en una carrera con las piernas facturadas y conseguir llegar en segundo lugar. La segunda, la temeridad o imprudencia a la que se ha expuesto con riesgo físico para su persona y para los otros pilotos de forma innecesaria.

Muchos papás se quejan que sus hijos son testarudos, tercos, inflexibles, obcecados, recalcitrantes, cabezotas, tenaces... Yo les tranquilizo diciendo: "Lo que de pequeño parece un defecto de mayor puede ser una gran virtud". Y es cierto. Muchos jóvenes de hoy carecen de tesón y les falta algo de temeridad bien entendida. No podré olvidar nunca el discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford. Búsquenlo en Youtube. Los que tienen tesón y osadadía se abrirán camino. Faltará saber si será el adecuado... Y además, son los que cambian el mundo.

PS. Por cierto, ya ha llegado mi prima de Cannes. Rodeada de tanto "glamour" -no sé lo que significa- se lo ha pasado de miedo pisando "red carpets" sin parar. Codeándose con los que tras una pantalla o tras una revista del corazón suspiran por estar en el "ajo" ella "ha comprobado que son de carne y hueso". No se pierdan el comentario sobre Woody Allen; es un ejemplo de actitud en la vida, no necesariamente una vida ejemplar. Decía un amigo mío que cuando te presentan a un personaje importante pienses siempre que hay una actividad igual para los dos: bajarse los pantalones, "sentarse en el trono" y, finalmente, pasar un papel.

domingo, 18 de mayo de 2008

Corran. Corran al quiosco y compren La Vanguardia de hoy, domingo

¿Que ocurre, doctor, le han nombrado ministro?. No, todavía no. Pero hoy dejen los otros periódicos y compren La Vanguardia. En el suplemento Magazine sale un servidor. Cosas de la vida empalma con la entrada de ayer.

La periodista, Carmen Giró, realiza un reportaje sobre ¿Quién cuida de nuestros hijos? que está muy bien. Justamente se basa en el primer libro de nuestra colección. Ese un problema que se les plantea a la mayoría de los papás a lo cuatro meses de tener un bebé. En vez de la famosa frase de Joaquín Prat: "A jugaaaaaaaaar", la ley impone "A trabajaaaaaaaar" y a los bebés que se alimentan con leche materna que les den morcilla.

Desde luego la entrada de hoy no se caracteriza por ser modesta. Pero de vez en cuando uno se de auto halagar. Sir Román, Jefe de Pediatría de un hospital cercano a Barcelona cuando hacía una cosa que le salía redonda decía: "No me beso porque no me llego". Hoy me lo digo yo.

Ítem más. Tengo por costumbre definir al curriculum vitae como aquel documento en el que, de forma subliminal, le dices al que lo lee: "¡Mecachis, que guapo soy!". Yo no soy como mis primos los Clooney. De guapo no tengo nada pero de interesante...

Muchas gracias, doña Carmen Giró, a la que no tengo, todavía, el placer de conocerla personalmente.