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"Creo que es importante insistir en la excelente investigación que han realizado muchas personas que ven 30 pacientes al día, atienden a un lactante prematuro enfermo por la noche y contestan a llamadas telefónicas desesperadas a todas horas. Quienes efectúan investigación en el ejercicio de la pediatría, suelen ser los profesionales ocupadísimos cuyos pies están firmemente aferrados al mundo real. Han añadido una dimensión especial a sus vidas profesionales; eso podríamos hacer todos los demás."
Nazarian LF. Clin Pediatr N Am 1981; 3: 589-603
Tal cual lo puse lo puse en la introducción de mi tesis doctoral. Al trastear en mi despacho para hacer limpieza del material que voy almacenando sin cesar, me encontré con todos los documentos para desarrollarla. Una burrada de papeles. Siempre me había dado grima tirarlos pero mi esposa, implacable, me dijo: "O los papeles o yo". Y, me quedé con mi esposa. Con el paso del tiempo he visto que he seguido a pie juntillas ese escrito.
Como he dado muchas charlas y conferencias siempre he procurado hacerlo mejor. En las películas en blanco y negro (menos The Artist) los ejemplos de oratoria son monumentales. Se considera al discurso de Martin Luther King "Yo tengo un sueño" el mejor de la historia. Parece imposible creer de lo que es capaz el hombre sólo con dominar la palabra en público tanto para bien (Ghandi) como para mal (Hitler). Mi abuelo, el Dr. Lorenzo García-Tornel era un orador de la vieja escuela, fantástico; un experto en retórica. Sin un sólo papel, sin teleprompter, sin apuntes, sin diapositivas y sin textos, sus discursos eran legendarios. Tristemente, sólo tengo uno porque se grabó cuando apareció la cinta magnetofónica. Monumental, y eso que fue pronunciado en las postrimerías de su vida. He intentado superarle pero ha sido imposible.