Aunque no lo parezca estamos en pleno verano (entre el 21 de junio y el 22 de septiembre). Con él han venido días de chapoteos en el agua y de infecciones en los oídos. La otitis externa, es una infección del conducto auditivo externo que se produce con frecuencia durante los meses de verano cuando los niños pasan mucho tiempo en el agua. El exceso de humedad puede irritar la piel del conducto auditivo permitiendo que las bacterias u hongos causen una inflamación e infección. Otras posibles causas de otitis externas son:
- Estar en lugares cálidos y húmedos
- Limpieza con bastones de algodón
- Golpes en el oído esterno
- Piel seca, eccema o dermatitis
- Cuerpo extraño introducido en el conducto
Los síntomas de la otitis externa suelen ser: dolor de oído y / o picazón, especialmente al tocar o mover la oreja, inflamación, piel enrojecida, disminución de la audición, dolor al tragar, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos y secreción purulenta por el oído externo.
El tratamiento consiste en administrar gotas antibióticas con o sin corticoides y, en casos más graves, antibioticos por vía oral entre 7 y 10 días. Para prevenirlas se deben secar bien los oídos al salir del agua de forma lenta y suave con una toalla o un paño sin introducirlos en el conducto auditivo. Evitar nadar en aguas contaminadas y usar tapones adecuados. Poner dos o tres gotas de vinagre blanco después del baño es un buen sistema de desinfectar el conducto..