La mejoría de las condiciones sanitarias y vivir mejor, a pesar de la crisis (¿quién no tiene un móvil?) nos ha llevado a la aparición de enfermedades que, de no ser atajadas, acortarán la vida de nuestros niños o tienen repercusiones enormes en nuestra sociedad como:
- la obesidad que es la antesala de diabetes, enfermedades cardiovasculares y artrosis entre otras
- problemas en la escuela, incluyendo problemas de aprendizaje y dificultades de atención
- niños y adolescentes con trastornos del estado de ánimo y de ansiedad
- alarmante aumento de suicidios de adolescentes y homicidios
- violencia en el hogar y escolar
- abuso de drogas y alcohol
- infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados
- efectos de los medios de comunicación, de las tecnologías de la imagen y de las redes sociales sobre la violencia, la obesidad y la actividad sexual
En la actualidad, los niños tienen más probabilidad de morir por una causa violenta que por una infecciosa. Los pediatras y las instituciones se enfrentan, además, a situaciones dramáticas que por la crisis económica irán en aumento como empeoramiento de la calidad de vida, de la justicia social, de la igualdad en el acceso a la salud, de la discriminación social dela población, de la salud pública, y de los valores personales e institucionales. Habrá un aumento de la pobreza, de personas sin hogar, de las familias monoparentales, de los efectos del divorcio, de las consecuencias del paro y del cambio de los roles familiares. Una reciente y triste noticia nos confirma que el suicidio es la primera causa de muerte entre los catalanes entre 30 y 44 años; esperemos que no cambie esta tendencia en la situación actual.