Los moluscos son animales invertebrados marinos que se clasifican en función de sus características morfológicas. Todos ellos tienen en común un cuerpo blando que puede estar cubierto (con una o dos conchas) o pueden no estarlo. De este modo se identifican tres grupos: bivalvos –dos conchas- (mejillón, vieira, ostra...), univalvos o gasterópodos -una concha- (como el caracol), y cefalópodos -sin concha- (pulpo, calamar, sepia...)
¡Menudo rollo les he pegado! ¿verdad? Pero no quiero hablar de los animales invertebrados sino del molusco contagioso, una enfermedad cutánea viral del que se da tanto en niños como en adultos. Es muy frecuente pero, con el paso de los años, me doy cuenta de que sigue siendo una gran desconocida por los papás. Son pequeños granitos en forma de perlas similares a las verrugas, no son dolorosos ni pican, pero son muy contagiosos.
Esta enfermedad afecta principalmente a los niños menores de 10 años en climas tropicales y durante el verano. En el niño sano pueden desaparecer espontáneamente pero puede tardar desde meses a años.El rascado u otro mecanismo local irritativo hacen que el virus se extienda en línea o en grupos (cultivos). Los nódulos miden de unos 2 a 5 milímetros de diámetro y no son dolorosos. No hay inflamación y, por lo tanto, tampoco enrojecimiento, a no ser que la persona se frote o rasque las lesiones.
Es común en pacientes con dermatitis atópica (piel muy seca) o en personas que van a las piscinas. También se puede contagiar por contacto directo o a través de objetos personales (ropa interior).