Por Dios, doctor, no nos meta un rollo político; ya sabe que el Estatut está encallado y no se hable más. Tienen razón, no les voy a echar una soflama política. Les voy a hablar del Tripartito. "Dr. Santi, no nos maree con esta maléfica combinazzione". Pues sí, les hablaré de que el niño pequeño necesita autonomía y que hay una edad en la que puede hacer una actividad en tres partes: COMER SOLO.
¿A qué edad creen que un bebé empieza a comer solo, por sí mismo y delante de un plato? Respuesta: a partir de los nueve meses. "Venga, doctor, no nos tome el pelo". Pues sí. No afirmo que se tome un bocadillo de chorizo o callos a la madrileña, pero es cierto que ya puede empezar a tomar ciertas cosas él solito. Además, es muy aconsejable que lo haga. Curiosamente, en España, damos poca autonomía ("y dale, doctor") a los pequeños a la hora de comer.
El tripartito se da a los 9 meses de una forma natural: el bebé es capaz de mantenerse sentado con seguridad, puede coger cosas con la mano y llevárselas a la boca. Ergo, puede poner su mano en un plato y coger con sus deditos unas cuantas migas de "pa amb tomàquet" -en Catalunya- o trocitos de pescado desmenuzado u otros alimentos muy blanditos.
"Me da miedo que se atragante", o: "Más que entrar en la boca, los alimentos quedan desparramados por el suelo, su cara y pelo". Este último problema tiene fácil solución: cógase un gran trozo de plástico y hágase un agujero en él para que pase por la cabeza del niño: ya tiene un impermeable de usar y tirar para el peque. A renglón seguido, tómense varias páginas de un periódico y pónganse sobre el suelo a modo de alfombra persa. Problema resuelto.
Respecto al primer problema, éste viene derivado de un pecado venial que hacen todos los papás: preparar todos los alimentos "muy finos" para dárselos con cuchara. De esta manera el bebé sólo aprende a comer comida "fina" que asocia a una cuchara, por lo que si encuentra un grumo, siente asco y lo escupe.
Así que ya saben: todo menos "finito", y que a los 9 meses empiece a "picar" de un plato irrompible. Miren bien la foto: el niño es más mayor, pero es capaz hasta de ¡añadir nuevos "ingredientes" a la comida!
El tripartito se da a los 9 meses de una forma natural: el bebé es capaz de mantenerse sentado con seguridad, puede coger cosas con la mano y llevárselas a la boca. Ergo, puede poner su mano en un plato y coger con sus deditos unas cuantas migas de "pa amb tomàquet" -en Catalunya- o trocitos de pescado desmenuzado u otros alimentos muy blanditos.
"Me da miedo que se atragante", o: "Más que entrar en la boca, los alimentos quedan desparramados por el suelo, su cara y pelo". Este último problema tiene fácil solución: cógase un gran trozo de plástico y hágase un agujero en él para que pase por la cabeza del niño: ya tiene un impermeable de usar y tirar para el peque. A renglón seguido, tómense varias páginas de un periódico y pónganse sobre el suelo a modo de alfombra persa. Problema resuelto.
Respecto al primer problema, éste viene derivado de un pecado venial que hacen todos los papás: preparar todos los alimentos "muy finos" para dárselos con cuchara. De esta manera el bebé sólo aprende a comer comida "fina" que asocia a una cuchara, por lo que si encuentra un grumo, siente asco y lo escupe.
Así que ya saben: todo menos "finito", y que a los 9 meses empiece a "picar" de un plato irrompible. Miren bien la foto: el niño es más mayor, pero es capaz hasta de ¡añadir nuevos "ingredientes" a la comida!