Por definición, el acoso es un acto repetitivo, lo que implica que ocurre una y otra vez que puede llegar a afectar a las víctimas de una forma devastadora. Hay cuatro tipos posibles de acoso: físico, verbal, no verbal y cibernético (acosar utilizando el ordenador o el teléfono móvil). Creo que un error pensar que el acoso físico es el peor de todos, cuando todos los tipos de acoso pueden ser igualmente terribles. El acoso verbal (por ejemplo, utilizar palabras como “marica” a modo de insulto o hablar mal sobre otra persona) y el acoso no verbal (como ignorar a otra persona) pueden tener efectos de larga duración. Gran parte del acoso escolar en la enseñanza primaria ocurre a la hora del patio y abarca las formas físicas de acoso y problemas con las amistades. Durante este período, también hay mucho acoso verbal. En la enseñanza secundaria obligatoria (o de primer ciclo), el acoso escolar se intensifica en forma de chismorreo y exclusión social entre las chicas, de acoso físico entre chicos y también de acoso verbal y cibernético tanto entre chicas como entre chicos. En la enseñanza secundaria superior (o de segundo ciclo), el problema del acoso mejora un poco los jóvenes maduran, pero no desaparece e incluso puede ser más agresivo. Las palabras utilizadas cambian (se utilizan más groserías y más expresiones duras e hirientes). Además, los adolescentes tienen mayor libertad para comunicarse por texto o mediante Internet o móviles. Puesto que algunos chicos están físicamente muy desarrollados, eso puede hacer que los compañeros de clase del acosador le tengan todavía más miedo. Además, muchos centros escolares son muy grandes, con muchos alumnos y puede ser difícil que los profesores puedan captar y detener los episodios de acoso escolar.
En Facebook, herramienta que no domino, pienso crear un equipo de detectives que avisen en qué clases y escuelas se produce esta terrible situación pero sin mencionar personalmente a los abusadores. Ya sé que que hacerlo en un medio tan público es un riesgo porque se puede acusar falsamente a uno que no lo es. Espero que ustedes me ayuden a saber cuál es la mejor manera de hacerlo. En la descripción pensaba poner este texto:
Busco a “caza-acosadores escolares”, investigadores como tú que sean capaces de descubrir a esos cobardes que se refugian en Internet y no dan la cara. Quiero que vosotros, detectives, que estáis en escuelas o centros de enseñanza primaria, secundaria de primer ciclo y secundaria de segundo ciclo, institutos, centros de formación e, incluso, en la universidad los descubrierais aquí. No quiero sus nombres sólo indicad dónde hay acoso escolar. La clase y la escuela; los profesores, la dirección y el Departamento de Enseñanza ya se encargarán de “aclarar los hechos” como en la películas. Pensad en algo impresionante: tres de cada cuatro niños admiten haber sufrido experiencias de acoso escolar.
¿Les parece buena idea?