Los padres suelen preocuparles cuatro de los muchos que hay. En realidad los hábitos y los trastornos del movimiento es un capítulo interesantísimo de la pediatría porque todavía persiste la “pregunta del millón”: ¿por qué lo hacemos?:
- morderse las uñas
- chuparse los dedos
- enroscarse el pelo con un dedo o tocar el de los demás
- hurgarse en la nariz
Aunque estos hábitos son incómodos, calma. En la mayoría de los casos forman parte del desarrollo normal y no es motivo de alarma. Pero doctor, ¿qué es un hábito?
Un hábito es un patrón de comportamiento que se repite, y la persona casi nunca se da cuenta de lo que hace. Los niños no se enteran pero los padres sí y a algunos les saca de quicio por lo repetitivo y pesado. Es curioso, algunos hábitos se asocian con otros como chuparse el dedo llevando un trapito de tela asqueroso por el uso. Voy a sintetizar mucho sobre cada uno de ellos:
Morder las uñas: uno de los más frecuentes. Algunos estudios estiman que el 30% a 60% de los niños y adolescentes lo hacen. Y, de vez en cuando, ¡también las de los pies! Este hábito tiene un fuerte componente familiar o genético.
Chuparse los dedos: el pulgar es el rey pero puede chuparse cualquiera o todo el puño. Entre un 25% y un 50% de los niños entre 2 y 4 años succionan uno de los pulgares pudiendo causar problemas dentales (sobremordida), infecciones del pulgar o el dedo, y burlas de los demás.
Enroscarse el pelo con un dedo o tocar el de los demás, es más frecuente en niñas y, raras veces, es un precursor de arrancarse el pelo, ya sea con o sin pérdida de cabello (tricotilomanía). Los que empiezan a hacerlo de mayores pueden ser un signo de ansiedad, la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Hurgar la nariz. ¿quién no lo ha hecho? lo curioso es que a pesar de que por lo general comienza en la infancia, puede persistir hasta la edad adulta.
Los expertos no saben la causa. Se está investigando esta curiosa manera de hacer actividades sin ningún sentido y ninguna utilidad y, algunos, creen que es un comportamiento aprendido que es satisfactorio para el niño. Son frecuentes ante el aburrimiento, la ansiedad, antes de irse a dormir, al ver la tele, al escuchar música, etc. ¿Son para aliviar la tensión o para relajarse más? En algunos casos son para atraer la atención o para manipular a los padres.
Algún día les explicaré qué se debe hacer. Hoy, quédense con la idea de la mayoría de los hábitos no causan problemas importantes y tienden a mejorar a medida que los niños crecen.
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