Sorprendentemente la mamá de Carlota llevaba una cámara de fotos y, como pueden ver, la niña, de dos años, está tranquilamente tumbada como si estuviera tomando el sol en Taití, Cancún o Varadero con una pierna cruzada sobre la otra sonriéndome divertida... Esta postura es habitual en muchos niños que vienen a visitarse y me enorgullece porque, de alguna forma, me muestran su confianza y su cariño.
Modestia aparte, se quedarían sorprendidos de lo bien que se lo pasan la mayoría de los "pájaros"que acuden a mi consulta, . Hasta los 18 meses la mayoría de las visitas son algo traumáticas porque se les ponen las "banderillas" -vacunas-, se les "pone el palo" -depresor- en la boca y se les tiene que sujetar para que no se muevan... Total, que no debe ser nada agradable ir al pediatra. Respecto a poner vacunas en niños mayores, he desarrollado una técnica muy chula y sofisticada a base de vibración y, no es por fardar, pero lloran poco.
Aunque cada niño es un mundo, con los años y la experiencia, he llegado a dominar situaciones increíbles. Me ayuda mucho mi vozarrón cuando me pongo serio pero no les asusta cuando juego con ellos.
Aunque cada niño es un mundo, con los años y la experiencia, he llegado a dominar situaciones increíbles. Me ayuda mucho mi vozarrón cuando me pongo serio pero no les asusta cuando juego con ellos.
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