Mentir, alrededor de los 5 años, es algo bastante habitual. Los pequeños pueden mentir por miedo al castigo, porque se dejan llevar por la imaginación, o porque están imitando una conducta que han visto hacer a los adultos con quienes conviven.
Antes de castigarle por mentiroso hay que averiguar los motivos citados: evitar el castigo, por ejemplo, romper algo que esta prohibido tocar. Lo importante es él que cree que lo que ha hecho es mas grave que mentir. Por lo tanto, es muy importante hacerle entender que la mentira es peor que tratar de ocultar la verdad. No se enfaden ni lo acusen aunque sepan "que es culpable". Darle la oportunidad de decir la verdad planteando preguntas misteriosas como: "Esto está roto. Me pregunto cómo debió de ocurrir? Si confiesa, se debe mantener la calma y aplicar un castigo leve comparado con uno más duro si sigue intentado ocultar la verdad.. De este modo, la próxima vez le dará menos miedo confesar.
¡Cuidado! Inventarse cosas, explicar "cuentos chinos" o fantasear no es exactamente lo mismo que mentir. Es una manifestación de la fabulosa e incansable imaginación del niño que no perjudica a nadie. Sólo se convertirá en un problema si usted -o su hijo- llegan a confundir la realidad y la ficción. Sin embargo, inventarse "cuentos chinos" debe corregirse ya que al la larga puede dar confusiones importantes que pueden repercutir en todos. Vale la pena explicarles el cuento de "Pedro y el lobo" haciéndole entender lo peligroso que puede llegar a ser inventarse cosas que son falsas.
Lo peor es cuando la mentira del niño es debida al ver que los padres son mentirosos habituales. Todos los adultos mentimos también, aunque algunas "son piadosas" pero, en general, se dice la verdad. Inculcar que decir la verdad es mejor que mentir no es tarea fácil.
Sin embargo, estamos enseñando a los jóvenes a ser "chorizos" porque como muy bien dice el orador "este es un país de chorizos" (y mentirosos). Lo sorprendente es que hay muy pocas protestas -sí quejas- ante esta situación tan escandalosa. Vean el vídeo, no tiene desperdicio.
Sin embargo, estamos enseñando a los jóvenes a ser "chorizos" porque como muy bien dice el orador "este es un país de chorizos" (y mentirosos). Lo sorprendente es que hay muy pocas protestas -sí quejas- ante esta situación tan escandalosa. Vean el vídeo, no tiene desperdicio.
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