jueves, 1 de diciembre de 2011

Para el bebé, llorar no siempre equivale a sufrir


En los adultos llanto significa dolor, sufrimiento aunque, en ocasiones, las emociones las expresamos llorando de alegría como explosión después de una gran tensión vivida (buena o mala), no hay más que ver a los atletas cómo lloran tras un éxito conseguido con un gran esfuerzo -la emoción y alegría hacen llorar-; es un llanto bueno.


En el recién nacido siempre que llora "no sufre" -nos puede decir que está incómodo, creencia habitual de muchos padres de hoy en día. El llanto de un bebé puede ser debido a muchos motivos y no por dolor. Este "miedo" a que el bebé llore está llevando a muchos padres a tener que pagar unos tratamientos astronómicos por un problema cada vez más habitual: la plagiocefalia. Los bebés adoptan posturas cómodas y que le permitan estar en contacto visual permanente con su madre o cuidador. Si no se le cambia de posición, la cabeza se va deformando de tal manera que puede requerir una ortesis (casco). La prevención de la plagiocefalia es muy sencilla pero se está convirtiendo en una epidemia silenciosa y costosa para los padres y la sanidad. Para evitarla no hay más que cambiar la postura de la cabeza del niño de un lado a otro, ponerle un cojín especial mientras duerme o ponerlo boca abajo mientras esta despierto. ¡Ah! aquí viene el drama, si al bebé no se le acostumbra un poco a estar boca abajo, rechaza esta posición y llora - como "sufre" y los padres no pueden "verlo sufrir". Lo vuelven a poner boca arriba y girará su cabeza hacia el lado más cómodo para él, deformándose.


He reproducido, en parte, un texto que escribí hace un año a propósito de la deformación posicional de la cabeza del bebé (plagiocefalia). No ha perdido para nada su vigencia. La Academia Americana de Pediatría acaba de publicar una recomendaciones respecto a la prevención de la plagiocefalia

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Mi hijo tuvo plagiocefalia leve porque siempre miraba del lado derecho con inclinación de 45º. Cuando tuvimos que hacerle ejercicios y obligarle a que mirarse a otro lado, lloraba un montón porque no le gustaba el cambio, pero se le corrigió la deformidad a tiempo y está estupendo con una cabecita bien redonda. A veces hay que ser firme por el bien del peque. Un saludo

Silvia dijo...

Otra forma de conseguir que no les pase esto es llevarles más a menudo en mochilas o fulares pegaditos a los papás. Así ellos están en contacto directo y lo ven todo (que es lo que les suele gustar) y los papás disfrutan de su hijo en una época que pasa muy deprisa. Y así no lloran.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con Silvia. De hecho, en su post del año pasado, que también leí en su día, ya hubo comentarios en ese sentido. Es otra solución en que ni el bebé llora, ni tiene que pasarlo mal.

http://drgarcia-tornel.blogspot.com/2010/12/hay-que-dejar-llorar-al-bebe-si-en.html