Mi comentario de hoy será desagradable para muchos o descortés e irrespetuoso para otros porque hablo de la muerte y la importancia de la profesión del finado. Lamento la muerte de las personas especialmente cuando es inesperada o violenta. En cambio, con todos los matices y reservas necesarias no estoy frontalmente en contra de la eutanasia. En la pregunta de la entrada me refiero especialmente a las de los militares. desempeñando su trabajo. Cuando fallece por agresión externa un miembro de las fuerzas armadas se le rinden honores y hasta el señor ZP si puede quiere salir en la foto del entierro, se le dan medallas y acuden al sepelio los que hagan falta incluidos miembros activos y trabajadores de la casa real española saliendo de estampida de una boda. monárquica sin reino en Grecia. Por el silencio y sus ausencias tan llamativas la salud de nuestro Rey parece estar peor de lo que nos cuentan; su cara redondeada y aumento de peso sugieren que hay cortisona de por medio. ¿Porqué no decir la verdad? A su edad los achaques han de estar a la orden del día.
Creo que un militar ha escogido voluntariamente su profesión. Nadie le ha obligado a ello y según la RAE el término militar significa servir en la guerra o profesar la milicia que es el arte (?) de hacer la guerra y de disciplinar a los soldados para ella. De alguna forma estudian y se entrenan para defender pero también para atacar y matar con los métodos más sofisticados posibles. Ya sé que van "misiones de paz" pero obligados por alta política y por razones humanitarias mal entendidas - o por lo menos eso es lo que me parece.
4 comentarios:
Pues yo también pienso así, aunque quede feo. Es una pena que mueran chicos jóvenes, pero no debería haber diferencia entre el que muere en un accidente de tráfico, el que lo hace de un infarto, o el que padece una enfermedad de varios años, con el que muere en el ejercicio de su profesión militar en mitad de una guerra.
Además, considero que el duelo es algo íntimo que se debe pasar en familia y sin flashes a ser posible.
Los militares son profesionales y además funcionarios del estado. Vayan donde vayan defienden los intereses de nuestro país y es un privilegio recibir con todos los honores a los que han dado su vida por nuestra patria, defendiendo los intereses de nuestro país, sean cuales sean y muriendo por mantener nuestro pabellón lo más alto posible. Sus muertes no son equiparables a los de un automovilista que se la ha pegado por coger el móvil o por picarse con el del Golf de al lado. Son nuestros representantes y rebajarles en este momento es particularmente penoso.
No veo mal que hagan homenajes a los caidos en guerra aunque en un principio digan que van a misiones de paz... ¿alguien se cree eso?. En un pais como Afganistan, no les van a recibir con pastelitos y otras prevendas.
Lo que no soporto es a la gente que solo va por aparecer en la foto como la mayoria de los politicos que no les importa lo mas minimo la vida de los demas y desgraciadamente, se de lo que hablo.
El rey tiene que estar, al ser funerales de estado y ser el capitan general de los tres ejercitos y jefe de estado, no puede faltar. Como al parecer no esta en su mejro momento, su hijo le tiene que sustituir.
El conserje de un colegio que se levanta a las siete de la mañana para que cuando los niños lleguen a la escuela todo esté preparado, también es un funcionario del estado que defiende los intereses de nuestro país.
Y el panadero, sin ser funcionario, también se esfuerza en su trabajo para que este país funcione un poco mejor.
No creo que haya que hacer distinciones, pero no deja de ser una opinión.
Creo que los honores se han de dar en vida, a ser posible. Y no creo que haya muertes más honrosas que otras. Los accidentes ocurren, unas veces hay culpa, y otras no. Y ninguna muerte es comparable con otra, porque ninguna vida lo es.
En cualquier caso, tal vez mi problema radique en que soy un poco escéptica en aquello del sentimiento patriótico. Yo me identifico con personas o con causas, independientemente del lugar en el que nazcan o residan.
Y tengo la terrible terquedad de querer creer que todos deberíamos ser tan iguales como fuese posible.
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