sábado, 25 de abril de 2009

Y no tenían tecnología...

Nuestros jóvenes parecen gozar del lujo, son mal educados y desprecian la autoridad. No tienen respeto a los adultos y pierden el tiempo yendo y viniendo de un lado para otro. Están prestos a contradecir a sus padres, tiranizar a sus maestros y a comer desaforadamente.

Cualquier adulto pensaría que es una descripción de rabiosa actualidad pero da la casualidad que el "pájaro" que la describió era nada menos que Sócrates (Siglo IV antes de C.). Por lo tanto, los adolescentes siempre han dado un poco de guerra a sus padres, maestros y a la sociedad.

Pero el principio de esta sentencia se ha esfumado en pocos meses. Las cifras del paro en España son muy preocupantes siendo el país de Europa líder en esta gesta. Por comunidades Catalunya se lleva la palma. Cuatro millones de parados y un millón de familias en las que todos sus miembros ya no tienen trabajo. Escalofriante. Uno tiene la sensación de que no hay salida, que los políticos no saben que hacer y por supuesto nos han engañado de tal forma que los casos de corrupción como los de EEUU parecen minucias al lado de lo que nos está ocurriendo. En mi comunidad se despista a la gente con los éxitos del Barça y la contienda sobre el Estatut. Un artículo del catedrático de Derecho Constitucional de la UAB, Francesc de Carreras, titulado ¿Hacia dónde va el PSC? publicado en La Vanguardia (23-4-09) no tiene desperdicio.

Nuestros jóvenes dejarán de gozar del lujo, hecho del que congratulo, pero no tienen trabajo ni lo tendrán en varios años. Los que estudian "carreras de postín" como Dirección y Administración de Empresas irán a engrosar las filas del paro directamente al salir de las aulas. Si a su hijo no le gusta estudiar no se preocupe mientras tenga ganas de trabajar;con aprender un oficio será suficiente. Como ya he dicho en alguna ocasión estamos en un momento de "economía de guerra" y eso requiere agilidad, gente con ideas y no chupatintas o abrazafarolas como decía el periodista deportivo  José María García.

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