martes, 24 de julio de 2007

"Ya voy"

Celebérrima expresión que suele escucharse en todos los domicilios con adolescentes, por otra parte sanos y vigorosos. La pronunciación y tono varía en función de lo que esté haciendo el "presunto implicado". Suele exasperar a los padres, ya que se repite continuamente en situaciones determinadas como a la hora de la comida o de la cena. En muchas ocasiones, el tono es de prontitud y rapidez. "Aristóteles: ya está la comida". Una voz en lontananza grita presto: "¡Voy!", pero no aparece nadie. "Aristóteles... ¡a comer!" La voz presta: "Voy, voy", pero sigue sin aparecer ni un alma hasta que la casa retumba y se extremece: "¡¡¡¡¡¡Aristóteteles, si no vienes no comes!!!!!!" Entonces sí: aparece una figura derrengada o no para sentarse a la mesa.
A veces la respuesta suena más de ultratumba. El "ya voy" se pronuncia como un lamento desgarrado, expresión del dolor del joven o la joven enganchado al Messenger. Si se le repite la orden de ir a comer, responde con sensación de prontitud y colaboración anterior: "Voy, voy", pero sigue sin aparecer hasta que vuelve a retumbar la casa. Probablemente el "ya voy" es una de las expresiones que se usan más en los domicilios con jóvenes promesas de la vida. Eso sí, si llama un amigo, no lo dice; va como un meteorito al teléfono o adonde haga falta.
Debo reconocer que como "adolescente de la madurez" bastantes veces hago lo mismo. Muchos sábados, domingos y fiestas de guardar, estoy trabajando en el ordenador y a la hora de comer o cenar mi esposa me llama. Aunque sea mi plato preferido de pasta Rana(r) que pasa "del dente" a ser un pastiche incomible, enseguida contesto: "Ya voy"... y...

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