miércoles, 4 de julio de 2007

Desayuno con diamantes


Decía un famoso editor que un negocio no es bueno si no te permite levantarte a las 10 de la mañana. Yo me levanto a las 6:30 "ergo" no tengo ni para pipas. Hace poco vino a mi consulta un adolescente para revisión. Era muy simpático al igual que sus padres. Mientras visito a los jóvenes aprovecho preguntar qué desayunan, higiene de dientes, etc. A este le pregunté: "¿Desayunas bien por la mañana?". Y contestóme el muy ladino: "Sí, muy bien, en la cama". Creí que era una broma y dirigí una mirada a su madre para que corroborara o desmintiera tal versión. La respuesta fue que sí; cada mañana le llevaba el desayuno a la cama para que el nene estuviera bien alimentado. Quedéme algo atónito. Preguntéle acto seguido: "y a su marido,¿ también se lo lleva? . "Ah, no. Ése se espabila solo".


Hay mamás/papás que son tan buenas personas, tan buenas personas que..........


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Estoy tan contenta de NO ser tan buena persona! Soy una de tantas madres pesadas que hacemos madrugar a nuestros hijos para que se alimenten bien en el desayuno, tengan tiempo de ducharse, lavarse los dientes y peinarse y de llegar a la escuela despejados.
En el caso del adolescente que anda por mi casa arrastrando los pies, encorvando la espalda y dejándose caer como si acabara de trabajar 14 horas de picapedrero, hay que insistir más, pero se ducha y recoge el baño y hace su cama antes de desayunar...maldiciendo la mala suerte que tiene por tener una madre tan pesada como yo, que lo trata tan mal y le impone obligaciones en vez de las otras madres que tratan tan bien a sus hijos... con el tiempo sus protestas y quejas se han convertido en una letanía que repite cada mañana con menos convencimiento...en el fondo, seguro que el día que no se queje lo echaré de menos, je, je, je.

Anónimo dijo...

Yo estoy pasando por algo parecido con mi hijo de 16 años. Para él soy la madre más coñazo del mundo. Consigo que haga algunas cosillas que para mí resultan luego ser grandes hazañas. Desde los quince me amenaza con largarse de casa a los 18. Mi marido está "encantado": "A ver si es verdad. Me lo apunto". Fanfarronadas! Yo ya sufro por dentro el momento en que ese día llegue, porque lo echaré mucho, mucho de menos...
Saludos