lunes, 18 de julio de 2011

Niño, ¡no ensucies la consulta del doctor!

Antes de seguir lean el tronchante comentario de Cris Vaquero titulado ¡Niño, no tires arena!" aparecido en El Mundo en el que describe las desventuras de una madre trabajadora en vacaciones con dos niños de 5 y 7 años. Al leerlo, he rememorado la cantidad de veces que trago sapos y culebras por una situación parecida, pero a la inversa de lo que le ocurre a esa mamá, en la consulta.

Ella compara ir a la playa con una excursión a Kenia por la cantidad de chirimbolos que necesita para ir, las delicias de la límpida arena que siempre le echan sus hijos en lo que quiere ser una inmaculada toalla para que ella pueda tumbarse a tomar el sol, el "coñazo" de las cremas que lo pringan todo. Con toda la razón afirma que donde realmente hace vacaciones es el ¡trabajo!. 

En la consulta, mi despacho es como la toalla de la playa de esa digna señora. Los "angelitos", con la aquiescencia de sus amorosos padres son capaces de:
  • subirse por los muebles y mi mesa de despacho
  • vaciar toda la arena de sus vambas por encima de la moqueta antes de ponérselas
  • pringar mi mesa con sus manos asquerosas con la saliva de un caramelo
  • pulverizar, desmenuzar y dejar trozos de palitos de pan, galletas o madalenas por todo el suelo
  • derramar bebidas azucaradas o yogures sobre los asientos
  • picar con todas sus fuerzas (cual tuneladoras) con objetos metálicos (llaves, coches metálicos) sobre mi mi mesa de madera
  • abrir y cerrar mis cajones de forma estruendosa
  • lo peor no lo hacen ellos ¡lo hacen sus padres!: con el pañal quitado y con el culito al aire sientan al "nene" encima de mi mesa del despacho a escasos centímetros de mi historia clínica en la que estoy apuntando lo que me dicen
Tras todas esas tropelías, no se inmutan y se limitan a decir: Niño, ¡no ensucies la consulta del doctor! y, después de la visita, se van tan campantes dejándolo todo hecho una pena. Como Juan Valdés, el que seleccionaba los granos de café uno a uno, tengo que hacer lo mismo pero con los restos dejados por el huracán. Soberbio.        

Muchos padres desconocen lo que significa el concepto de disciplina. Los niños crecen mimados e insoportables y cuando éstos llegan a la adolescencia los padres pretenden arreglar lo irreparable. No es raro que me llamen antes de la visita para decirme. "Tal día, voy con mi hijo adolescente. No lo domino y no lo aguanto. Por favor, doctor, dígale algo. Seguro que a usted le hará más caso que a mí". Cagada, con perdón. Hacer marcha atrás en el momento oportuno, incluido cuando se hace el amor, suele ser inútil.

8 comentarios:

Esther dijo...

Estoy de acuerdo con usted. Ahora que soy madre intento que mis hijos vayan aprendiendo eso que se llama el respeto al otro y saber comportarse.
Ayer sin ir más lejos fuimos a un acto y mi hija de 6 años se puso con otras niñas, empezaron a hablar y reirse, le llamé la atención y como siguió la llevé conmigo. Hasta que acabó estuvo rezongando y molestando. La llevé a casa y la dejé sin salir a jugar con sus amigas un rato.
Pues bien fui la única que lo hizo, los demás niños siguieron a lo suyo.
Así que me estoy ganando fama de madre dura.
P.D. Estábamos en casa de mi madre, y decía que la culpa era de otra de las niñas que la "nuestra" no había hecho nada.

Anónimo dijo...

Bufff! Sempre la mateixa història repetida en diferents escenaris: un restaurant on els nens corren per enmig de les taules amb el perill de fer caure un cambrer i que els caiguin totes les coses per damunt, nens que toquen coses a les botigues, nens impertinents i que contesten malament quan un adult els crida l'atenció per alguna cosa...
No sé, sóc mestra i cada vegada costa més fer entrar en raó als pares. He vist nens, a la porta de l'escola , tirant la motxilla als peus de l'avi o l'àvia per que els la portin... O exigint alguna cosa en to dictatorial... En fí...Sembla ser que tal i com ja deia una de les meves besàvies, "el sentido común es el menos común de los sentidos" . I l'altra seria " que Déu ens agafi confessats!".
Molt bon bloc i unes entrades sempre interessants i entretingudes de llegir.
Felicitats, doc!
roser

briseida dijo...

La verdad es que dá que pensar... Mientras leía el post intentaba recordar si alguna vez había sentado a mi hija con el culo al aire sobre la mesa de la pediatra, creo que no, pero voy a tenerlo en cuenta en el futuro por si acaso.
Un día tuvimos que irnos de un parque porque un grupo de niños estaba jugando a pelota y continuamente "pedían" a mi marido que se la recogiera cuando se les escapaba. Mi marido no hacía más que correr de aquí para allá a su servicio, increíble.

Maestra Ciruela dijo...

Soy profesora de secundaria. Esther, usted no tiene ni idea del regalo tan maravilloso que está haciendo a su hija: aprender a saber estar. Le va a ahorrar infinitos disgustos y frustraciones el día de mañana, y sobre todo le está abriendo las puertas del conocimiento. Una criatura que crece sabiendo respetar a sus mayores será una persona que se dejará aconsejar y corregir por los que saben más que ella. El gran problema de estos dictadorzuelos es que nacen, crecen y se reproducen creyendo que son lo más de lo más, y son más listos que nadie porque nadie se ha atrevido jamás a llevarles la contraria. La vida es cruel con estos especímenes, creame.

mar c dijo...

Menos mal que hay luz al final del túnel...yo soy otra mala madre. Alguna de mis amigas con hijas me han llegado a decir que estoy traumatizando a mi hija por hacerla recoger los juguetes(sí, sí, en serio), o porque quiero que cada día se vaya a dormir sin rechistar a su hora, o porque no quiero que si vamos a comer fuera, monte el espectáculo, o porque la obligo a comer como una persona. Me dicen que con 2 años no lo puede entender. Estoy más que convencida de que lo entiende todo perfectamente. Por cierto, ya sospechaba que se "autoprovocaba" el vómito a la hora de ir a dormir, pero los abuelos (mis propios padres) me decían que no podía ser. Gracias al Dr. Santi, me confirmó, que sí, que la "perla" de hija que tengo era capaz de esto y mucho más por salirse con la suya. Por cierto, estos abuelos son los mismos que a mí me inculcaron disciplina, educación y saber estar..¿qué "neurona" se les anula cuando son abuelos? En fin Dr. gracias porque me he reído pero a la vez va bien no sentirse sola. Se ve que la disciplina está pasada de moda...un abrazo a todos

maría dijo...

totalmente de acuerdo con vosotros, si tratas de educar a tus hijos ere un bicho raro, pero creo que a la larga lo agradecerán.
Por cierto mis padres también perdieron el gen ese de educar, por que cachetes me he llevado yo pa.. regalar y mi hija salta por los sofás en casa de mi madre como si nada.
UN saludo

Maestra Ciruela dijo...

María y Mar C, los abuelos están para malcriar, consentir y disfrutar de sus nietos, para educar, corregir y enseñar a distinguir el bien del mal a los hijos están los padres. ¡Esto es lo normal! Mi padre nos llevó a mis hermanos y a mí con disciplina militar, su educación le impedía jugar con nosotros y si se le ocurría su propia madre le reñía, y en cambio ahora se le cae la baba con su nieta y juega con ella como jamás hizo con nosotros. Fue un gran padre que nos hizo personas de bien y ahora es un gran abuelo que mima a su nieta.

Ariel dijo...

Colega,tal cual pasa en mi consuta
privada en Buenos Aires. En los comienzos de mi consulta atendia, niños, hijos de inmigrantes españoles y estas situaciones no sucedian. Eran otros tiempos seguramente.
Saludos