sábado, 16 de mayo de 2009

Una muerte que no existió

En la película Sicko de Michael Moore, director cinematográfico, muestra que la sanidad en EEUU es una de las peores del mundo. Hay 50 millones de americanos sin seguro y millones de niños sin vacunar. La miseria más galopante se mezcla con el lujo exorbitante. Muchos de los lectores habrán estado en Nueva York, ciudad a la que tengo que ir una vez al año, para visitar a un dermatólogo muy especial, Perry Robins, experto en microcirugía de Mohs. Desde hace unos 20 años visita a mi esposa porque en su juventud tomó el sol sin protección y ahora lo está pagando con múltiples carcinomas basoceluares en su cara. Doctor, ¿porqué va allí si la sanidad es tan mala? Porque la sanidad en muchos aspectos está muy avanzada y en cáncer más. Este médico mejoró la técnica de quitar piel cancerosa, especialmente de la cara, dejando muy poca huella.

Hace poco mi esposa tuvo un disgusto pasajero enorme; un amigo nos dijo que había fallecido a causa del desfalco Madoff. Durante días rebusqué por Internet su obituario y nada; luego le envié un correo electrónico que me rebotó. Al final nos decidimos a llamar, descolgó en persona el teléfono y a mi esposa casi le da un patatús de alegría. El Dr. Robins estaba vivito y coleando, a pesar de su edad, y dispuesto a dar guerra. Lo volveremos a ver.

La gente se queja de la sanidad española pero es un ejemplo a seguir aunque necesita un retoque quirúrgico profundo y una mejor administración de recursos. Veremos que ocurrirá con la crisis galopante que nos acosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo vi esta película hace un año más o menos y es realmente impresionante. Aunque ya se sabe que Michael Moore no es un ejemplo muy válido de objetividad...(veáse bowling for Columbine o Fahrenheit 9/11 que ya es el colmo)

Pd: lo mejor es la parte en la que un hombre tiene que decidir que dedo prefiere que le reimplanten tras un accidente laboral y escoge el más barato, el otro: a la basura!!