jueves, 29 de noviembre de 2007

Escribo desde el Apolo XIII

En un "post" anterior les comenté que ayer por la tarde realizábamos la primera experiencia de educación médica para padres. El tema era muy interesante: qué hacer con el niño después de un golpe en la cabeza. A las 19:30 el nuestro hospital se conectaba, vía Memphis (EEUU), con una población pequeña de Catalunya situada a unos 100 km de distancia. Sir Charles, jefe del departamento de telemedicina, dirigía la operación. Yo estaba en otro ordenador conectado como oyente. Vi la conferencia pero la comunicación se cortó a la mitad. "Houston, tenemos un problema" - me encanta esta frase porque revela el auto control del que la pronunció- no pude ver el final. Luego hablé con mi móvil a Sir Charles y le pregunté cómo había ido. Me respondió con una voz agridulce: se había conseguido el objetivo pero con dificultades de recepción de imágenes y sonido. No parecía muy animado. En ese momento me di cuenta de la importancia que tiene el ver también el rostro de la persona y, mejor todavía, la presencia física para darle unas palmadas en la espalda.

Hay una palabra que define lo que deberíamos hacer a partir de ahora: coraje. Thomas Alva Edison dijo que la base del éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración. Yo creo que la experiencia de ayer fue pionera. Y exitosa aunque no lo parezca. Ahora hemos de analizar dónde falló el proceso y volverlo a intentar. No se imaginan el trabajo que ha costado esta simple transmisión tanto para los colaboradores de la población de Cabanes, los del Hospital St. Jude de Memphis - a los que desde aquí envío un abrazo-, como a Sir Charles y a mí.

Ahora ya he llegado a la Tierra, sano y salvo. Si algún experto en telecomunicaciones a distancia con sistemas abiertos, casi gratuitos, puede echarnos una mano en este proyecto será bien recibido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el primer despegue!! Siga así, doctor: luchando por un mayor progreso y eficacia de la medicina!!
Saludos ;) desde Cuenca