viernes, 20 de abril de 2007

Mascotas, niños y discípulo de Job

En casa tenemos una perrita. La recogió mi hija de un contenedor abandonado. Todos, menos yo, estaban emocionados especialmente mi esposa a la que le gustan los animales con locura.
La perrita fue creciendo y mis hijos también. Ahora que he conseguido emanciparlos (sí, sí, no viven en casa y son jóvenes) me queda la perra. Para algunos la frase "lleva una vida de perros" no es verdad. Mi perrita, según mi esposa, casi es universitaria y máster por Harvard por lo lista que es. Por supuesto, hay que tratarla como un fenómeno y hace lo que le sale por las narices. Buena chica es, eso sí. Pero, amigos, si antes yo era poco importante en casa ahora lo soy menos. La perrita manda y me toca" las bolas" con frecuencia; sale a pasear mañana y noche, duerme en nuestra cama y come de lo mejorcito que se encuentra en el mercado. Si nos vamos de viaje no la admiten en hoteles (solo en los de ***** Gran Lujo y ¡encima hay que pagar extra!. Total, los festivos es casa. Y en casa se le permite todo, llena de pelos todo lo que arrasa a su paso . Mi ropa da pena y no hay manera de sacar algunos pelitos que quedan en un buen traje que me he comprado para ir a las bodas y "fiestas de postín" (actos en los que pongo malo al ver la fanfarronería de los asistentes). Por eso soy un discípulo de Job. Más que eso, un chollo de marido.

Sin embargo no todo es malo. Las mascotas, especialmente los perros son de gran ayuda para personas solas, ancianos , enfermos mentales, niños sanos y con necesidades especiales. Crean un vínculo especial llenando de alegre vitalidad alrededor de su entorno. Les recomiendo que lean el siguiente artículo.

Quizás el único inconveniente para algunos niños es que pueden desarrollar alergias debidas a las proteínas segregadas por las glándulas sebáceas de la piel. Estas proteínas se desprenden al ambiente a través de las escamas de la piel, la saliva o la orina de estos animales. Cuando la sustancia transportadora se seca, las proteínas causantes de la alergia quedan flotando en el ambiente.

Moraleja: reflexionen antes de comprar un/a perro/a. Se les quiere mucho. Son los únicos que vienen a saludarte cuando llegas a casa, no les importa tu estilo de vida, son fieles pero dan gastos, disgustos y te dejan la casa cual pocilga.


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