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lunes, 8 de marzo de 2010

Mi hijo no come

¿Les suena esta frase? Se la puedo poner en varios idiomas:
  • my son doesn't eat(inglés)
  • mein Sohn wird nicht essen (alemán)
  • 我的儿子不会吃 (chino simplificado)
  • anakku tidak mau makan (malayo)
  • Мой сын не будет есть (ruso)
Pero sólo se exclama en países desarrollados y especialmente en nuestro país, se lo puedo asegurar. Una madre de Haití seguro que no dice: pitit mwen an pa pral manje (criollo haitiano) o del África subsahariana jamás diría semejante frase: mwanangu si kula (suajili)

Leído en un anuncio en la revista Hola del 27 de febrero: "Mientras le educas en los buenos hábitos alimentarios, PediaSure te ayuda a conseguir una nutrición completa. ¿Cuantos trucos te has inventado ya para hacerle comer? Ni los cuentas. Sabemos lo difícil que es para ti alimentar un niño malcomedor y las preocupaciones que te genera. Por suerte, ahora cuentas con la ayuda de Pediasure que te permitirá estar un poco mas tranquila. PediaSure es un suplemento nutricional completo y equilibrado que, gracias a sus macro y micronutrientes esenciales, favorece el desarrollo físico y mental". ¡Menuda parida... sólo apta para cortos mentales! El tono del anuncio de la madre sacrificada y sufridora por su hijo, en un país en crisis pero con las estanterías del supermercado llenas sin saber lo que escoger, es desgarrador.

Para más recochineo recomiendan, para información y orientación sobre buenos hábitos alimentarios, consultar con el pediatra o entrar en la web patrocinada por el laboratorio Abbott: mi hijo no come. ¡Acojonante!. Además, esa web, tiene un cuestionario para saber si el niño es "un mal comedor" y en consecuencia "tendrá" una malnutrición; sólo con dos respuestas positivas ya es "positivo" y necesita un poco de energía con su producto. Para saber lo que llevan las latas de PediaSure de 400gr a 15€ la lata pulse aquí.

viernes, 8 de enero de 2010

Mi hijo ni duerme ni come

Estas afirmaciones no tienen ningún sentido pero las oigo a menudo en la consulta especialmente en niños que están alrededor de los "terribles dos" o más mayorcitos. Excepto en una enfermedad excepcional o una situación forzosa de torturas todos, absolutamente todos los humanos comemos y dormimos. Mejor o peor pero lo hacemos. El alpinista duerme colgado de una cuerda y el vagabundo en el suelo de la calle a la intemperie. Acomodarse a dormir no hay nadie que se resista y más de tres días no podemos mantenernos despiertos. Con la comida ocurre algo parecido. Podemos estar un tiempo considerable sin comer pero pocos días a sin beber. El cuerpo humano sano “es una máquina perfecta” sabe cuando y cuánto necesita dormir así como la cantidad y variedad de comida para mantenerse a punto. Los mecanismos de regulación del agua son sofisticadísimos.

Las necesidades basales de una persona vienen determinadas por su genética-metabolismo y por el crecimiento y ejercicio. Hay personas, afortunadas ellas, que comen lo que quieren y no tienen tendencia a engordar y a otras, desgraciadamente, como a un servidor les ocurre lo contrario. Con el sueño ocurre lo mismo. La regulación de estar despierto o dormido lo marca el cerebro y no es igual para todo el mundo siendo los periodos de sueño y vigilia variables de una a otra paersona. Con los niños ocurre lo mismo pero con una progresión diferente. Cuando es bebé duerme mucho y come mucho. A medida que va creciendo va disminuyendo la frecuencia de las comidas y de los periodos de sueño.

Pero comer, beber y dormir a pesar de ser unos mecanismos tan perfectos se pueden modificar por el entorno, temperamento y estilos de vida. Los países más ricos tienen más gordos a sus habitantes. Un sencillo ejemplo es China, de una vida austera y rural están cambiando rápidamente a un estilo de vida occidental. Resultado los niños ya empiezan a estar obesos.

A los residentes del hospital les insisto hasta marearlos que si los padres un pequeño paciente se quejan de que "no me come nada" pregunten, con todo detalle, el ritual al llevarlo a dormir. Es frecuentísimo ver como el "mal comedor" necesita irse a dormir acompañado o se duerme en el sofá o por la noche se levanta de su cama y cual "comando nocturno" se mete en la cama de sus padres. En resumen, el que come mal suele tener malos hábitos al irse a dormir.

jueves, 24 de mayo de 2007

Abuelos "cabroncetes"

Hace luengos años a los niños pequeños, aparte de de suministrarles las primeras vacunas comercializadas, se les ponían muchas inyecciones de diversos tipos para "reforzarlos". Si comían poco, una tanda de pinchazos los "dejaban nuevos". Muchas abuelas recuerdan con nostalgia que su hija "creció gracias a las tandas de vitaminas que le dábamos". Era habitual que los propios padres (abuelos o bisabuelos ahora) se encargaran de hervir la jeringa de vidrio y la aguja de acero durante unos 20 minutos. Cuando éramos pequeños, muchos veteranos como yo recibimos más de alguna serie de aquellos fabulosos reconstituyentes. Los que me conocen saben muy bien que ahora estoy tan joven como un bebé y tan fuerte como Stallone (je, je).
En esas épocas era frecuente amenazar al niño: "si no comes, el médico te pinchará", con lo cual conseguían que el médico pasara a convertirse en un mal bicho y enemigo. De manera que acudir al médico era como ir a ver al hombre del saco.
Los tiempos han cambiado. Aunque los papás sufren horriblemente, cuando "el niño no me come", ahora ya no se les amenaza con aquellas torturas de antaño. Sin embargo, aún quedan abueletes rezagados que inculcan a los nietos esa costumbre terrorífica: "si no comes te tendrán que pinchar". Es difícil cambiar la mentalidad de las personas que pasaron por una guerra y sufrieron toda clase de penurias. Por desgracia, el paso del tiempo es inexorable; los que pinchaban van pasando a mejor vida, y los acribillados ya estamos en la época de la vida que me gusta denominar como "la adolescencia de la madurez".