miércoles, 5 de diciembre de 2012

Los niños maasai no lloran (Jordi Serrallonga)

Jordi Serrallonga es arqueólogo, naturalista, profesor de la Universidad, investigador, narrador, guía de expediciones. autor de varios libros y, cosa rara, una buena persona además una persona buena. Tiene miles de historias que contar; tantas, que merecería salir un día en La Contra de La Vanguardia (la sección más leída). Tengo la suerte de encontrarme entre sus admiradores.

En uno de sus libros escribía que los niños maasai no lloraban y se lo comenté en la consulta cuando vino a visitar a su hijo. No se olvidó y ha hecho esta fotografía hace pocos días, en su actual expedición a Tanzania, pensando en mí. Se lo agradezco de corazón

Es otro maasai que no llora, ni siquiera estando al pecho o en brazos de su madre. Esta vez está envuelto en la shuko (capa) de una hermana. La foto esta tomada en la región de Sinya (Norte de Tanzania) y forma parte de la expedición científica reseñada en esta web (Recerca en Acció).

En la carta que me ha enviado, se queja amargamente de los recortes presupuestarios para la investigación y, con sorna, me cuenta que su trabajo sólo será, en poco tiempo, una diversión para la gente acomodada -si es nuestro país no se va a la mierda (comentario mío).

PS: El Museo de las Ciencias Naturales de Barcelona se va a desmantelar sin que nadie sepa adónde irán a parar sus valiosas colecciones.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

En muchas culturas del mundo los niños no lloran (exceptuando, supongo los niños enfermos).

Y creo que es fundamentalmente porque son atendidos en todo momento y tienen cubiertas las necesidades básicas de un bebé, que son el pecho y estar en contacto permanente con su cuidador (madre, tal vez hermanos más mayores...ya sabemos que para criar a un niño hace falta una tribu entera).

En occidente se ha tendido durante los últimos años a separar al niño de su madre, a sustituir el pecho por el biberón, a dejarle llorar, a forzarle a "independizarse" cuando aún es un bebé.

Afortunadamente, cada vez más familias, guiadas por su instinto y también por la evidencia científica, damos pecho hasta que se logra un destete natural colechamos con nuestros hijos, los porteamos y atendemos todas sus necesidades, favoreciendo así que sean niños más seguros y felices.

Anónimo dijo...

Dr, ¿d'on has tret això del Museu de Ciències Naturals?
Tinc 2 amics que hi treballen i no m'han pas dit res...
Estàs segur?

D'altra banda, no sé si són tan "valuoses" les col·leccions...
És cert que els han "desterrat" al Fòrum, per ocupar instal·lacions que es van fer sense saber perquè.

És curiós perqu`a Sevilla, els investigadors del CSIC-Estación Biológica de Doñana, han estat exiliats a la illa de la Cartuja, un altre engendro inútil. La cosa ja ve de lluny...

Dr. Santi dijo...

A El Periodico 4-12-12, secció Gran Barcelona, amb declaracions de Jordi Serrallonga

Anónimo dijo...

Me ha llamado poderosamente la atención esta frase:

"Es otro maasai que no llora, ni siquiera estando al pecho o en brazos de su madre".

Digamos que esto es un sinsentido, porque si en algún sitio los niños no lloran es precisamente al pecho o en los brazos de su madre. Tal como está escrito, parece que sea el último sitio donde un niño dejaría de llorar, cuando es precisamente el primero. Se trata del hábitat natural de cualquier niño, donde recibe el calor, seguridad y consuelo que necesita. Y en el pecho, además de todo eso, alimento.
Saludos.

Dr. Santi dijo...

Los niños al pecho pueden llorar y estando en brazos de su madre también. En esa frase me refiero que esos niños están en un entorno más relajado que el nuestro.