jueves, 22 de diciembre de 2011

Operar de amígdalas. Si, no y cuándo

Yo soy uno de los miles de pacientes que cuando eran niños fueron operados de amígdalas. Casi todos los de mi generación pasaron por el mismo trago. Las intervenciones se realizaban a mansalva y sin ningún tipo de consideración personal ni tratamiento para el dolor. Recuerdo como si fuera ahora estar sentado en las piernas de un enfermero fortachón con mis manos atadas a la espalda. Con sus fuertes brazos y piernas sujetaban las mías y mi cabeza. El otorrino me puso un abrebocas (como los de torturas en las películas) y con una jeringa de cristal con una larga aguja me pinchó en cada una de las amígdalas para anestesiarlas un poco. Con lo ojos abiertos por el terror vi como me introducía un instrumento parecido a los que se emplean para coger el helado que se pone en el cucurucho llamado amigdalotomo de Sluder con el que recortaba la amígdala. Fue espantoso.

Por fortuna, las cosas han cambiado radicalmente y poco a poco los expertos en otorrinolaringología y en enfermedades infecciosas van realizando recomendaciones respecto a las indicaciones de la amigalectomía. Un comité de expertos acaba de publicar las últimas recomendaciones respecto a la conveniencia o no de extirpar las amígdalas en un niño (Clinical Practice Guideline: Tonsillectomy in Children). Pueden acceder al documento pulsando aquí.

Lo más destacado es que recomiendan operar, fundamentalmente, cuando:
  • La frecuencia de los episodios de anginas es de al menos siete episodios en el último año, al menos 5 episodios por año durante 2 años o al menos 3 episodios por año durante 3 años. Estos episodios han de ser anginas “verdaderas”: dolor de garganta, temperatura> 38,3 ° C, adenopatías cervicales (ganglios) y exudado amigdalar (pus) o un test positivo para estreptococo del grupo A beta-hemolítico
  • El niño tiene infecciones repetidas con amígdalas hipertróficas que pueden afectar a su sueño, su crecimiento o a su rendimiento escolar. Otra indicación es la hipertrofia amigdalar, sin infecciones, que interfiere el sueño tranquilo (ronquidos, apneas, cambios de posición frecuentes) que se puede demostrar con un estudio del sueño (polisomnografía) si es necesario
Como pueden ver el cambio es radical. Hoy en día la extirpación de las amígdalas se realiza mucho menos que antes y ¡casi sin molestias!.

9 comentarios:

carme dijo...

Bon dia!

Estic d'acord amb que la operació no te res a veure amb la de fa uns anys. En el cas de la meva filla hi ha hagut un abans i un després de la operació. Dorm 10 hores seguides, gairebé no ronca i descansa. Fa un any això era impensable. Més de 6 despertars nocturns, ronquets d'adult, canvis de posició brusca al dormir...

Només discrepo de la última frase...si que els resulta dolorós. No mentres els operen, ja que estan anestesiats totalment, però si en el post operatori, que segueix essent dur. La meva filla va ser operada amb 18 mesos i després de la operació va estar 6 dies sense menjar i practicament sense beure.Molt adolorida i amb 18 mesos no entenia el què li passava, cosa que feia la situació més difícil.

Sort que ha valgut la pena!

Bon dia a tots!

Anónimo dijo...

Gracias por el post, doctor. Una apreciación: nos ha explicado cómo se extirpaban antes y las recomendaciones para extirparlas ahora. Pero, ¿cómo se realiza ahora esta intervención?

Dr. Santi dijo...

http://youtu.be/5kB5tnqlZq4

maría dijo...

Yo soy de las pocas de mi generación sin operar, tengo unas anginas de caballo de grandes, pero mi pediatra y mi madre decidieron no operarme.
Ahora respecto al sistema de la operación ni lo de antes a pelo, pero ahora, en mi ciudad les duermen con anestesia total y un dia ingresados yo creo que nos pasamos un poquito.
Mi hija las padece, como su madre y eso que es adoptada, anginorras de las de augmentine, fiebre de 39, placas que se las veo yo, ganglios gordos y un aliento que le apesta, normalmente ni mocos ni toses. Pero tanto el pediatra como el otorrino tb se niegan a operar.
Un saludo

María Fidalgo dijo...

Totalmente de acuerdo con Carme, a mis 24 años recuerdo como si fuera ayer el postopetatorio de mi amigdalectomía (a los 3 añitos): me desperté medio atontolinada ya en la habitación,no podía hablar,me dolía la garganta,tenía toda la vía aérea superior reseca y al intentar tragar o toser me sabía la boca a sangre. Lo peor:más que el dolor,la impotencia de no poder expresarme con palabras. Y mucho llorar. Por si fuera poco antes de eso me "engañaron" diciéndome que me iban a regalar un globo si me iba con un chico por el pasillo hacia quirófano...globo que resultó ser el balón con que introducían gas en mis pulmones durante la inducción anestésica... Un poco traumático todo,pero mi calidad de sueño -y la de mis padres- mejoraron muchísimo. :) No tengo práctica con el paciente pediátrico,pero creo que engañarles con tretas para que se dejen someter a procedimientos médicoquirurgi os debe de ser mucho menos efectivo que informarles de las cosas tal y como son,adaptándose el lenguaje a su nivel de comprensión.

Cristina dijo...

Feliz Navidad¡¡ Ya tienes mi voto en los premios 20blogs...si no has votado en la categoria solidario,La princesa de las alas rosas se presenta,un beso¡¡

gg dijo...

Yo creo que uno de los primeros recuerdos que tengo es de mi operacion de amígdalas, nos hacían llevar una sábana de casa y nos liaban como los gusanos en su capullo con las manos hacia atras, desde luego es un recuerdo que no guardo con cariño y me alegro que mis hijos no hayan tenido que pasar por ello.
Me hago seguidora de su blog, lo encuentro de lo más interesante.
Saludos
Fabiola

PRIMA EVA dijo...

Ssnti, yo también lo recuerdo con terror, vomitando sangre en una palangana, y luego desmayándome o algo así...Tenía 4 años. Me operó Nicolás Castro, el marido de Nani Ricart...Enfin, ya pasó :)

Anónimo dijo...

Siento que tuvieras que pasar por dicha mala experiencia. En fin, ahora son otros tiempos. Muchas gracias por tu aportación

Saludos
Jose Antonio
http://joseantonioantequera.blogspot.com/
(premios20Blogs)