La comunicación adecuada, útil tanto en las relaciones laborales como en las familiares (padres-hijos), contribuye a:
- Reducir errores
- Reducir el estrés físico y mental
- Crear buenas relaciones
- Impulsar el trabajo en equipo para resolver los problemas rápidamente
- Promover la productividad y la creatividad
- Identificar los intereses y el grado de acuerdo entre las partes
- Mantener el interés en lo importante y "no irse por los cerros de Úbeda"
Los grados de comportamiento en la comunicación, descritos por Randall Hidalgo, son muy interesantes:
- Agresivo: tiene opiniones e ideas muy firmes, no teme expresarlas, incluso si es a expensas de otros, a veces parecen guardar resentimiento, con frecuencia se comunican de manera autoritaria, sarcástica e incluso irrespetuosa, su lenguaje corporal tono de voz es agresivo e intimidatorio
- Pasivo agresivo: evitan el conflicto, siempre tienen algo que decir pero lo hacen de manera inoportuna, rara vez hablan directamente, discuten los problemas con el que no está involucrado, guardan su ira y su frustración incapaces de expresarlas
- Pasivo: rara vez se involucra, rara vez se queja ya que prefiere evitar el conflicto, se comportan de manera tímida e insegura, muestran fácilmente rasgos de comunicación no verbal de sumisión -tono de voz suave, titubeo al hablar, falta de contacto visual-, parecen felices pero tienen reacciones inesperadas cuando se les presiona
- Asertivo: da la cara, parten con la idea de que los problemas se pueden resolver, expresa sus necesidades y preocupaciones de forma apropiada, usan el lenguaje corporal franco y abierto, mantienen el contacto visual, no temen preguntar: "¿por qué?", saben lo que quieren y distinguen lo relevante de los superfluo, son sinceros y respetuosos.
¿Por dónde anda usted en las relaciones con su pareja o con sus hijos? ¿Procura inculcarles el estilo asertivo?
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