
Me han de perdonar la inmodestia pero me encanta que las mamás me digan: Cuando le digo que vamos a ver a Santi se pone contentísimo. En mi consulta he puesto varios marcos digitales para dar novedades a los padres. En uno de ellos pido disculpas a los papás porque en mi consulta sabes cuando entras y nunca a que hora sales. En parte es debido, como consta en un "pantallazo", a que a mí me gusta
dedicarme al niño y a sus papás y no sólo a la enfermedad. Hay situaciones familiares complejas que el niño las acusa de forma solapada; no sabe lo que le ocurre o no sabe expresarlo - muerte de un abuelo querido, separación de los padres, re-casamiento de los padres con nuevas relaciones con hermanastros, cambios de colegios o domicilio, etc. Me gusta que los padres salgan tranquilos y relajados.
Yo también sé cuando entro y no cuando salgo. No me importa estar el tiempo que haga falta. Pero hay familias que no pueden o no saben esperar. Enfin, cada uno ha de escoger lo que más le conviene. A mí, que se vayan porque no se pueden esperar, no me duele. La mayoría de los "fugados" o que hacen "trasvase" son LTS (muchos ya conocen esta magnífica clasificación).
Curiosamente, muchísimas veces ocurre lo contrario. Una vez visitados los niños no se quieren; a unos les gusta mi pequeño zoo que tendo en la recepción y otros vuelven a la sala de espera donde tengo, además de muchos juguetes, una cuádriga de caballos que ya los quisiera para sí Ben-Hur. En la foto ven a Pedro, un paciente mío, orgulloso delante de la jirafa, elefante, cocodrilo y gorila... antes de entrar en mi despacho. Una vez dentro si toca el grito de guerra "¡
carretera!" ya "no me está tan amigo"...