sábado, 30 de enero de 2010

Respuestas anónimas

Estoy en Madrid participando en el VI Congreso Internacional Multidisciplinar sobre el Trastorno por Déficit de atención y Trastornos de la Conducta. Ayer el sociólogo Catedrático Emérito de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, habló sobre los jóvenes y tecnologías de la información (TIC) y destacó que uno de los peligros son los comentarios anónimos que esconden a personas potencialmente peligrosas o con informaciones no contrastadas. Esta reunión está promovida por la Fundación Confias y, desde aquí, doy públicamente las gracias a Begoña Echániz, alma mater del congreso y de una amabilidad excepcional. ¿Porqué no somos amables con los demás? Es gratis y te deja satisfecho.

Yo no he puesto ninguna traba a escribir en mi blog pero estoy observando un aumento de la aparición de spam. ¿Tendré que obligarles a que pongan su nombre verdadero? No; no lo voy a hacer pero al iniciar ente blog ya puse como condición que hubiera corrección y respeto. Esperaré un poco a ver cómo evoluciona la cosa.

Por cierto, ayer un anónimo me corrigió mis "faltas de ortografía"; en mi descargo y "sin acritú" debo decir que se fijen a la hora que escribo, hacia las 6:30h y como comprenderán a esa hora me acabo de levantar y las legañas me impiden ver bien la pantalla.

viernes, 29 de enero de 2010

¿Los apruebo o los suspendo?

Ayer todavía me levanté más pronto. Doy clases de pediatría a los que estudian Odontología en la Universidad de Barcelona y ayer tenían el examen. Raudo y veloz y a 4ºC me fui a la Facultad que esta ubicada al lado de Hospital de Bellvitge. Tras colocar a los examinandos en sus asientos les expliqué tres veces, con mi preciosa voz a la vez que potente y viril, cómo quería que pusieran el nombre en la hoja de examen. Las instrucciones eran bien sencillas:
  1. Miren la hoja
  2. Arriba a la izquierda pongan su nombre
  3. En letras mayúsculas
  4. Primero los apellidos y después el nombre
Lo repetí tres veces, pausadamente; seguro que me oían porque pongo cara de malas pulgas cuando alguien rechista. Al recoger los exámenes bastantes alumnos de unos 130 que se examinaba habían logrado la hazaña de:
  1. No poner el nombre en la parte izquierda de la página
  2. Varios escribieron con letras minúsculas
  3. Otros con el nombre primero
¿Los apruebo o no los apruebo? Si ustedes llegan a ir alguna vez a su consulta igual les arrancan una muela sana en vez de una enferma. Y no sólo eso, en la mayoría había unas faltas de ortografía "acojonantes" tanto los que escribían en castellano como en catalán (y eso que yo no tengo el nivel C de catalán ni uso el Pompeu Fabra). Un futuro Licenciado ¿puede ser tan cateto?Justificar a ambos lados
Pero doctor, ¿es usted maníaco obsesivo? Pues no, pero si ponen su identificación les he indicado es muy fácil poner los exámenes en orden alfabético, distinguir entre nombre y apellido como Benhakkaser Yusuf Whael (¿cuál es el nombre y cuál el apellido?) y facilitar mucho el trabajo de corregir y hacer las actas de las notas. Y ya no les hablo de la escritura, comprendo que uno está nervioso y hace lo que puede. Hoy por primera vez en la vida he visto la escritura en arco, es decir, iniciaba la línea ascendía hasta la mitad de la página y volvía a bajar a la misma altura en que la inició. Soberbio.

Si no lo remediamos, nuestros jóvenes además de ser de la generación Nacida Digital entrarán de lleno en la generación NI-NI (ni estudio, ni trabajo).

jueves, 28 de enero de 2010

Me dicen que en el cole pega y muerde

Algunos niños son agresivos por naturaleza; en realidad, todos tenemos un punto de agresividad y a veces nos enfadamos desproporcionadamente por motivos nimios. No hay más que ver a algunos conductores que chillan como energúmenos a otros conductores y peatones o llevan permanentemente la mano en el claxon y lo aprietan sin cesar. En estos tiempos la agresividad ha aumentado y, por ende, la violencia. Empezamos a tener miedo de ir por las calles y no digamos por la noche. Constantemente los amigos te envían correos electrónicos con nuevos sistemas de robos ya sean violentos o no.

Los niños agresivos suelen empezar a manifestarse durante el segundo año de vida. Quieren controlar absolutamente todo lo que ocurre a su alrededor. Cuando no consiguen lo que quieren, transforman su energía en violencia, dando patadas, puñetazos y mordiscos a diestro y siniestro.

¿Se ajusta su hijo a esta descripción? En ese caso, deberían vigilarlo muy de cerca y fijarle unos límites firmes y consistentes por un lado y permitirle canalizar su energía de forma positiva a través del ejercicio o de juegos que impliquen una intensa actividad física. Y, cuando se relacione con otros niños, no le quiten la vista de encima para evitar problemas graves, y no se olviden de elogiarlo cuando no provoque ningún conflicto al jugar con otros niños.

En algunas familias se fomenta la agresividad, sobre todo en los niños de sexo masculino. Los padres dicen con orgullo que sus hijos son "duros", craso error, ya que éstos lo interpretan como que tiene que pegar y morder para "ser bien visto". En cambio, en otras familias, esta conducta agresiva, propia de esta edad, los papás lo interpretan como un mal presagio del futuro que tendrá el niño como delincuente; para frenar este este comportamiento lo antes posible, actúan "con mano dura" y castigan al niño continuamente e, incluso, le pegan Aquí viene, a veces, lo complicado ya que los castigos deben ser proporcionados y sin violencia; de hacer lo contrario, el niño cree ésa es la forma de tratar a los demás cuando a él no le guste como se comporten. Por lo tanto, este tipo de reacción puede acabar reforzando la agresividad del niño. La mejor forma de enseñarle es actuar con firmeza y coherencia cuando se porte mal y toda la familia, padres y hermanos, han de tener un comportamiento respetuoso con los demás.

No estoy de acuerdo en que el personal del colegio o de la guardería se queje a los padres con frases como esta: "dígale al niño que no pegue o muerda". Los adultos son los jefes de la "tropa" y han se saber controlar a los niños; es su profesión.

miércoles, 27 de enero de 2010

Artículo 155 del Código Civil Español




Los hijos deben:

Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre


Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.

Evidentemente el punto 2, tal como va el país, pocos jóvenes pueden "contribuir" a entrar algunos dineros en casa. Y, como a veces dice el hombre del tiempo: "Empeorará". Aunque sea optimista a mí este gobierno me da la impresión de que conduce un coche sin frenos.

No sé si en otros países existe un artículo similar. Si algún amigo lector vive fuera del España y es experto en leyes, le pido que nos ilustre con su sabiduría. ¿Por qué lo pongo? La verdad es que lo he repetido en este blog y en mis conferencias por activa y por pasiva; algunos ya lo saben. Quiero hacer una pequeña reflexión: todos aprendemos por repetición ya sea en estudios, en deportes, en actividades, etc. La repetición en un martillo que va clavando la idea hasta que ya queda fija. Hasta los más hábiles y populares deportistas desde Messi, pasando por Nadal, Gasol y acabando por el "pardillo" Tiger Woods estan cada día dándole a la pelotita, sea grande o pequeña, para no perder lo aprendido.

La razón de ponerlo es recordar a los padres que hagan un póster y ya lo pongan en la cuna del recién nacido y en su dormitorio durante los años venideros.

martes, 26 de enero de 2010

He puesto un acuario en la consulta

Los acuarios siempre dan una sensación de paz y distraen a los niños. Hará un año compre en una multitienda cercana a casa, regentada por orientales, un acuario en que todo era de plástico, iluminado y con peces girando -entre ellos Nemo- con un efecto óptico que parecían moverse. La verdad es que el diseño no era de Mariscal y, al principio, a mi mujer no le gustó nada pero a los niños les encaba. Un día, el plastificado acuario, murió de golpe. Volví a la tienda pero ya no les quedaba ninguno. No podía quedarme sin acuario ya que los niños preguntaban por él y empecé a investigar nuevos horizontes en esta área tan alejada de mi trabajo, teniendo en cuenta que los peces no me gustan nada.

Me gustaría tener un acuario de verdad en la consulta pero debería estar blindado y a prueba de niños y, que yo sepa, no los fabrican. Además hay que limpiarlos, dar de comer a los peces y éstos se mueren con con facilidad. En resumen, para mí, un peñazo; pero héte aquí que la tecnología ha venido a ayudarme. Con los las nuevas luces tipo LED y material siliconado están fabricando unos acuarios artificiales fantásticos. De momento me he comprado uno en las subastas de eBay y a continuación les muestro el resultado. Estos artilugios estan en sus albores, en poco tiempo serán maravillosos. Es un buen "trasto" para tener en casa y amansar a las "fieras". Contraindicaciones: lleva agua, guárdese en un lugar seguro y fuera del alcance de los niños.

De todas formas mi sueño dorado para mi despacho es el mapamundi Geochron, soberbio, espectacular, pero carísimo. Si me toca la primitiva -llevo 5 años jugando y nunca me ha tocado- me lo compraré.

lunes, 25 de enero de 2010

El hombre colaboran poco en la casa ¿y los hijos?

¿A qué edad pueden empezar los niños a ayudar en las tareas de la casa? Pues muy pronto pero muchos padres tienen la manía de quede todo limpio, pulido y bien hecho. En la consulta veo a muchos jóvenes (de 10 años para arriba) e invariablemente les pregunto qué cosas hacen para ayudar a sus padres en la casa y me quedo estupefacto: "no hacen ¡nada!".

La rutina de ayudar a los padres se puede empezar alrededor de los ¡tres años! de edad. Por ejemplo, siempre acompañado por lo padres, puede:
  • recoger juguetes y ponerlos en su sitio
  • poner los libros y revistas en una estantería
  • poner servilletas y cubiertos aunque lo haga mal
  • limpiar lo que hayan dejado caer al suelo
  • recoger parte de la mesa (quitando antes los restos de comida) y llevarla al mármol de la cocina o fregadera
  • ayudar a ordenar la compra en estanterías más bajas
  • sacar los cacharros ligeros del lavavajillas
  • doblar toallas y calcetines
  • escoger que ropa quieren ponerse para vestirse solos
Muchos adolescentes no son capaces ni de hacer eso... ¿por qué?

Versión en catalán: criatures.cat

domingo, 24 de enero de 2010

El sillón de mi suegro

Las mujeres protestarán lo que quieran pero la realidad es que son las que mandan en la casa. O por lo menos en la mía. Los que me siguen saben que hicimos unas reformas en mi casa en las que, para evitar conflictos, "me pedí" un váter "atómico" que lo hace todo mientras yo leo o estudio y una mesa con miles de enchufes para conectar todas las "chorraditas" que me gustan. El equivalente al Alto Mando del Ejército pero sin nadie que me obedezca; entre mi váter y el centro de operaciones estratégicas sólo hay unos 2 metros. El resto de la casa es para mi mujer. Si, tímidamente, sugiero que pondría algo nuevo invariablemente me contesta: "hay que estudiarlo" y luego pasa algo parecido a la decisión entre el Tribunal Constitucional y el Estatut. A mí no me importa porque con mi cuchitril tengo de sobras.

A lo que voy. Mi suegro era una persona fantástica y me daba consejos que nunca olvidaré porque eran fruto de su experiencia y sabiduría. El que más recuerdo es una frase que se me quedó grabada: "En mi casa yo estoy para lo importante... pero nunca pasa nada". Joan, que así se llamaba, tenía un sillón en el que descansaba después de jornadas agotadoras; era su centro de operaciones (sin ir al váter, claro) oía la radio, veía la tele o leía el diario o libros. Con una constancia digna de Edison logró una cosa que yo todavía no he conseguido, aprender inglés con el famoso método Assimil. Joan murió en la cama plácidamente mientras estaba leyendo un libro.

Su sillón quedó vacío y yo me sentaba en él los domingos por la tarde después de comer en casa de mi estupenda suegra e inmediatamente me quedaba en brazos de Morfeo. El anciano sillón era comodísimo pero ya tenía osteoporosis y su esqueleto aguantaba mi peso con dificultad. Así que decidí osar decir a mi mujer: "me llevo este sillón a casa", respuesta: "hay que estudiarlo" ; me puse firmes como un general de 5 estrellas y le contesté que ya estaba estudiado. Conseguí que el desvencijado sillón fuera reparado durante semanas y hace tres días llegó a casa reluciente, precioso. Mi mujer que "no había estudiado" donde iba el sillón quedó encantada; tanto que está pensando en pedirle a mi suegra la pareja de éste.

Corolario: han ido pasando los años sin darme cuenta, he subido de peso estas fiestas de Navidad los 3 kg previstos por los dietistas, al reconstruir el sillón se han reducido las dimensiones y me cuesta asentar mis posaderas (saben que soy culibajo y paticorto) pero estoy convencido de que lograré que sea tan cómodo como cuando estaba en su lugar original.