sábado, 8 de diciembre de 2007
Mañana compren el suplemento dominical de El País
Epílogo:El futuro cuidado del niño en ausencia de los padres
Nadie sabe que nos deparará el futuro en lo que se refiere a las atenciones que recibirán nuestros hijos cuando por diferentes razones no podamos estar junto a ellos las 24 horas del día. Pero lo que sí puede asegurarse es que gracias al vertiginoso progreso tecnológico en el que estamos inmersos los padres podrán irse a trabajar o ausentarse durante largos periodos de tiempo sin que ello suponga un trauma para ambas partes. Esto se debe a que las nuevas tecnologías audiovisuales estarán cada vez presentes en el núcleo familiar y doméstico. Las situaciones que normalmente inquietan a los progenitores, como si el pequeño está en buenas manos, si se lo pasa bien con sus compañeros, si llora o ríe, o si duerme inquieto o como un lirón quedarán resueltas en gran medida, ya que padres e hijos podrán verse y comunicarse siempre que lo deseen desde cualquier parte del mundo. No cabe duda de que la ansiedad por la separación desaparecerá o, al menos, quedará mitigada gracias a una conexión por internet o una telellamada, por poner unos ejemplos. Es más, estos avances contribuirán a que los padres se preocupen menos por el estado de salud de sus hijos, ya que los cuidadores podrán consultar con el pediatra los problemas que puedan surgir en tiempo real. El doctor del centro médico será capaz de hacer un diagnóstico a distancia y facilitar las instrucciones pertinentes para resolver la situación. Y lo más maravilloso será que padres y cuidadores asistirán a la consulta sin moverse del domicilio o abandonar el lugar de trabajo.
No cabe duda de que la tecnología acercará a los papás e hijos, sobre todo si pensamos que hoy podemos comunicarnos con los astronautas que trabajan en la Estación Espacial Internacional de una manera tan sencilla como una llamada de teléfono. ¿Pero tanta tecnología a disposición de los papas será buena o contraproducente? Creemos que los progresos tecnológicos ni son buenos ni lo contrario, sino que depende de cómo se empleen y de que sepamos discernir entre sus ventajas e inconvenientes.
Nuestro mayor deseo es que este libro constituya una verdadera ayuda para los padres. También albergamos la esperanza de que a esta edición les sigan otras para que de este modo podamos ir incorporando las novedades que surjan. Es por ello por lo que nos gustaría conocer sus puntos de vista, críticas y consejos, para tomar nota de ellos y mejorar las futuras ediciones.
Pueden enviar sus opiniones a la editorial o por correo electrónico a la siguiente dirección: quíencuidara@hsjdbcn.org
viernes, 7 de diciembre de 2007
Divertirse y aprender juntos
Yo no estoy tan convencido de que estos métodos “estimulen mucho al niño”; no saldrán superdotados como alguien pudiera creer por el llamativo título. En cambio, sí favorecen la agrupación de la familia, fomentan el vínculo y las buenas relaciones entre los papás y sus hijos.
jueves, 6 de diciembre de 2007
La autoestima no se debe subestimar
Por lo general, los niños con autoestima positiva:
- Hacen amigos fácilmente.
- Muestran entusiasmo en las nuevas actividades.
- Son cooperativos y siguen las reglas si son justas.
- Pueden jugar solos o con otros.
- Les gusta ser creativos y tienen sus propias ideas.
- Demuestran estar contentos, llenos de energía, y hablan con otros sin mayor esfuerzo.
- Se dejan influir por los demás.
- Se sienten impotentes.
- A veces actúan a la defensiva.
- Culpan a los demás por sus faltas y debilidades.
- No están interesado en hacer cosas.
- Creen que los demás lo desprecian.
- Se creen inferiores los demás.
- Suelen buscar pretextos por sus errores.
Hay que saber captar las frases que expresan sentimientos de baja autoestima como:
- "No puedo hacer nada bien."
- "No puedo hacer las cosas tan bien como los demás."
- "No quiero intentarlo. Sé que no me va ir bien."
- "Sé que no lo puedo hacer."
- "Sé que no voy a tener éxito."
- "No tengo una buena opinión de mi mismo."
- "Quisiera ser otra persona."
¡ A que viene todo esto!. Les reenvío un mensaje y un vídeo que me ha enviado mi amigo Lluis, homenajeado en otro post por sus cualidades. Dice así:
miércoles, 5 de diciembre de 2007
¿Qué idioma escogería usted?
- catalán
- chino -mandarín
- alemán
- inglés
- francés
- italiano
- euskera
- otro
martes, 4 de diciembre de 2007
¿Le haría usted cirugía estética a su hijo con Síndrome de Down?
De la Unión Europea, España es el país donde más operaciones de cirugía estética se realizan. Una encuesta demostró que casi el 50% de las mujeres estarían dispuestas a entrar en un quirófano para “arreglarse algo”. En Estados Unidos, por ejemplo, el número de adolescentes que recurrió al bisturí para retocarse alguna parte de su cuerpo fue de 60.000 en 1997, y de 225.000 en 2003. También nuestros jóvenes optan cada vez más por esta medida, pero lo más inquietante es que empiezan a preocuparse y ocuparse por su imagen a edades cada vez más cortas. Incluso hasta hay padres que no les importaría operar a sus niños, por ejemplo, de una nariz “grande”, porque no quieren que sus hijos “hereden el sufrimiento” que ellos mismos padecieron. Recuerden a la pequeña princesa Leonor; también ella se convirtió en el centro de atención mediática cuando surgió la polémica de si debía o no quitarse quirúrgicamente de la nariz su pequeño angioma, una mancha roja que tiende a desaparecer con el tiempo. Para más inri, según El Mundo, Letizia dio una importancia desmesurada no a la mancha, sino a lo que pudiera decirse de ella.
Pero obviamente éste no es caso aislado de una madre que se preocupa por el “qué dirán” de su retoño. Ayer mismamente, la mamá de uno de mis pacientes con Síndrome de Down (cuatro años) me preguntó si se realizaban operaciones de cirugía estética a estos niños para hacerles desaparecer los rasgos fisiológicos del rostro que los caracterizan. Obviamente, una cuestión así coge de sorpresa. Su siguiente pregunta fue: ¿Qué opina, doctor, no cree que si le operamos, le facilitaremos la vida? Y yo les pregunto a ustedes: ¿Están de acuerdo con esta mamá?
lunes, 3 de diciembre de 2007
Regalos de Navidad
Tras este preámbulo, vayamos al asunto. Yo hago mi trabajo con mucho gusto y nadie me debe nada, ni material ni afectivo. Sin embargo, muchos de mis queridos pacientes me envían regalos por estas fiestas. Yo soy muy comedido y peculiar en mis aficiones. Y si no se conocen, difícilmente se puede acertar para satisfacerlas o complementarlas. Por este motivo, me parece justo, digno y saludable ofrecer una breve guía que les sirva de orientación a aquellas personas benevolentes que tengan en mente gratificarme con un presente:
- Me gustan todo tipo de vinos, cavas y champán. (¡toma castaña!, el Dr. Santi es bebedor). o se asusten; soy un modesto catador, y jamás me verán nunca beodo ni entrando en la consulta dando tumbos.
- Las tarjetas regalo de entidades bancarias o del Corte Inglés me “enloquecen”. Me las reservo para las rebajas de ropa -mi cuerpo serrano necesita tallas especiales- o de electrónica, uno de mis caprichos y necesidades por mi trabajo.
- Ropa. También se admite, siempre que la pueda cambiar. Recuerden que soy culibajo y paticorto. Por favor, no piensen en otros primates.
- Si hay alguien que tiene un ataque de locura, puede regalarme un reloj Eberhard de acero Traversetolo Vanderbilt Cup. Se admiten de segunda o tercera mano en buen estado.
Todo lo demás será bienvenido y lo agradeceré por la bondad y el cariño de la persona que me lo envía.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Las figuras de Gessell
Gracias a los estudios sobre la maduración de comportamiento del niño conocemos mucho mejor el funcionamiento del sistema nervioso. Los déficits sensoriales, motores o mentales pueden alterar el desarrollo madurativo normal. Actualmente, ya nadie duda de la importancia del diagnóstico precoz de trastornos del desarrollo psicomotor para evitar el deterioro del niño.
Para explorar la orientación espacial de su hijo hay una prueba fácil de realizar (figuras de Gesell) que es una combinación de tres figuras basadas en el triángulo, el círculo y el cuadrado. El niño debe ser capaz de repetir la figura correspondiente a su edad después de observarla durante unos 30 segundos.