martes, 13 de mayo de 2008

¡Es para matarlo!

Estoy casi seguro de que en más de una ocasión de le habrá escapado esa frase. Tiene su miga en los tiempos actuales.
¿Por qué a todo el mundo le parece normal y aceptable que durante un partido de fútbol se pueda insultar, menospreciar, engañar, desearle mal o la muerte tanto a jugadores como árbitro? Y no sólo son los jugadores, sino que el público es incluso peor... Yo no he visto gente tan desaforada e irracional en sus críticas como en un campo de fútbol. Personas que en su vida normal son amantes padres de familia, mesuradas y educadas, con cargos de mucha responsabilidad, se vuelven energúmenos como los asistentes a los circos romanos. Pierden los estribos, chillan como locos y pasan de la educación al lenguaje soez y chabacano porque creen que el señor "del pito visible" se ha equivocado. La idea (no intencional) de "desear" la muerte de otro está en muestro lenguaje cotidiano. Y los padres no son una excepción. Estos días se está hablando bastante, en los medios de comunicación, del mismo comportamiento salvaje al asistir a competiciones escolares o juveniles de sus hijos.

Los humanos somos los únicos que podemos verbalizar sentimientos que, sin desearlo, realmente son terribles: "es para matarlo", "es que lo mataría", "muérete ya", "que se muera".

Las buenas maneras en el Siglo XXI es el el título de un interesante artículo de el suplemento ES del periódico La Vanguardia. Su autora, Mayte Rius. Aunque es un artículo "blandito" expresa muy bien los cambios sociales y los cambios en los modales ocurridos en el transcurso de los años. De la rigidez de antaño se ha convertido en una sociedad tan plural difícil de asignar unas normas de relación. Las palabras cortesía, urbanidad y buenos modales han desaparecido. En esta sociedad tan liberal mucha gente suspira para recuperar estos conceptos vuelvan. Y yo entre ellos. La cortesía, urbanidad y buenos modales son como en aceite que engrasa todos los elementos de la sociedad permitiendo un espacio propio y evitar la intromisión de los demás. En el mismo artículo aparece un listado de lo que deberían aprender desde pequeños:
  • saludar
  • dar las gracias
  • pedir las cosas por favor
  • pedir perdón cuando se equivocan
  • ser puntuales y ordenados
  • no tocar las cosas de los demás sin permiso
  • taparse la boca mientras bostezan
  • no estornudar ni toser encima de los demás
  • no interrumpir a los mayores cuando hablan con otras personas
  • ser aseados: lavarse las manos, los dientes...
  • no empujar ni colarse en las filas
  • no tirar cosas al suelo
  • no decir secretos al oido delante de otras personas
  • respetar a profesores y compañeros en el colegio
  • no sentarse en el suelo
  • no escupir
  • no gritar
Yo añadiría alguna más como: ceder el asiento a una embarazada o a una anciana en el metro o bus, abrirle la puerta, ayudarle a subir un paquete, no comer madalenas y chuches en lugares públicos porque lo dejan todo perdido y los envoltorios se tiran al suelo....Les pido que ustedes añadan más.

Seria estupendo, ¿no?

8 comentarios:

Pilar "Los Rius" dijo...

!!SONREIR!!..simplemente sonreir. Hoy en día parece que todos vamos de mal humor y con los nervios a flor de piel. Con una sonrisa se pueden abrir muchas puertas.
Saludos.
P.Taboada ("Los Rius")

Anónimo dijo...

¡Fantástica iniciativa!. más aún si fuera factible. Creo que es importante educar bien a los niños, pues ellos serán a su vez los que trasmitan las buenas costumbres, ya que en alguna generación anterior, quién sabe por qué misteriosa circunstancia, se rompió la cadena. con un poquito de amabilidad es todo más fácil.Saludos.Mónica Pérez Moreno

Anónimo dijo...

Yo añadiria, a bote pronto, algunas para la consulta del pediatra:

A los niños:
No entrar sin mirarte, jugando con la gameboy o similares y seguir jugando mientras hablas con los padres en la consulta.
No subir a la báscula sin permiso.

A algunos padres :
No leer el periodico mientras exploras el niño en la camilla.
No pesarse igualmente en la bascula mientras exploras al niño ( parece mentira, pero me ha ocurrido).
Apagar el móvil antes de entrar en la consulta o apagarlo si suena.
De momento no se me ocurren más.

Quizás sería una buena idea hacer una lista de normas de urbanidad ( para niños, para padres se podrían molestar ) y entregarla, igual que otro dia puedes entregar una lista de consejos dieteticos, accidentes, etc.
Un saludo.

EVA dijo...

Me di cuenta cuando tube mi hijo, que ir en metro por ejemplo con carrito es todo un heroísmo, pues la gente te ve con el carro, el niño y demás menesteres y pasa por tu lado y ni se paran ayudarte a subir una escalera, es más tal vez piensen ¡venga, dese prisa, aparte de aqui que llego tarde!
Que pena que hayamos llegado a esto y no se respete nada.

Anónimo dijo...

Como puericultora he podido vivir comportamientos que no tienen nombre (aunque eso de que los padres se pesen en la báscula mientras el dr. Gluck explora al niño, también tiene tela), pero lo no va más que he visto de "urbanidad" ha sido ver cómo unos padres, mientras hablan con el pediatra, dejan que el nene reboce sus manos en un tiesto y tire la tierra por toda la moqueta y no le digan nada en absoluto. NADA. Y luego coger al niño e irse tan tranquilamente, como quien no quiere la cosa.
Saludos, doc.

C.

Anónimo dijo...

Pues yo añadiria que no es en el futbol donde he visto perder los papeles al mas caballero de los señores. Conduciendo la gente es muchisimo peorrrrrrrrrrrrrrrrr.

Mariona Bassols dijo...

Estoy deacuerdo con Pilar, simplemente sonreir, así se arreglan muchas cosas

Juana dijo...

Lo de sentarse en el suelo ¿por qué no? Sonría y a ser posible diga algo amable.