jueves, 8 de noviembre de 2007

¿Tiene prejuicios raciales o prácticas discriminatorias?

Voy a ser un poco provocativo. Hace años, en mi plena juventud, cuando los españolitos emigrábamos a otros países a los pequeños nos hacía gracia ver a un “chinito”, un “negrito” o una “rubia”. Había pocos y bien educados. Nadie se alarmaba por estar con otras razas y no comprendíamos como en otros países había esa discriminación racial tan brutal. Mucha gente pensaba que no era racista y lo decía con la boca abierta. Los emires árabes soltaban petrodólares por doquier y todo el mundo suspiraba para que llegara un jeque por sus lares.

Ahora la cosa ha cambiado; los árabes de los petrodólares se han ido y ha llegado la masiva emigración de otro tipo de árabes y otras razas con una diferencia. Éstos no tienen ni un duro, su educación es muy diferente y sus sentimientos religiosos arraigados. Ahora ya no estamos tan contentos: pedimos frenar la inmigración, barrios enteros pierden su valor por ser ocupados por emigrantes, la gente tiene más miedo de circular por según que lugares, etc…

Los políticos y la gente, en público, jura y perjura que no es racista pero en privado se preguntan hasta adonde vamos a llegar. Si tenemos un Montilla presidente dentro de poco un Mohamed regirá nuestros destinos…

Yo en mi consulta no tengo ningún sentimiento xenófobo, tengo pacientes de todas las latitudes y colores. No hay ningún problema. En la sala de espera no se va un negro porque haya un blanco o al revés. ¿Cual es la diferencia entre mi consulta y la calle? La respuesta es bien sencilla mis pacientes son educados y no pasan apuros económicos. Pero un hecho me llama la atención: a los rubios se les discrimina menos.

Vale la pena tener las ideas claras. ¿Qué es el racismo? Extraigo algunos conceptos (copiar y pegar) sacados de diversas lecturas de internet. El racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican que unas se consideran superiores a otras, dando comportamientos de rechazo o agresión. Unos se creen y actúan como dominantes.

Es muy interesante el concepto de las prácticas discriminatorias: actitudes de rechazo, ofensa, desprecio, exclusión y segregación que algunas personas tienen hacia otras y que son generadas por prejuicios y creencias en una sociedad y perduran de generación en generación. Hay creencias de todo tipo como: culturales, religiosas y sociales. Las causas que explican las actitudes discriminatorias se pueden encontrar en el miedo a aceptar las diferencias ya sean físicas, de sexo, étnicas, religiosas, políticas, ideológicas y culturales entre las personas. Las personas que discriminan a otras tienen temor a lo que es distinto pues lo consideran una amenaza y generan maltrato, violencia física y emocional hacia los demás y es lo que representa la violación a la dignidad humana y por consiguiente a los derechos humanos.


Yo reconozco que tengo cierto sentimiento de discriminación inexplicable-no sé porque me ocurre- pero no me influye para realizar mi actividad profesional con honradez. En la vida diaria es donde la sociedad en general y los padres en particular, pueden evitar el germen de la discriminación no creando “anticuerpos” frente a los demás. Nos costará y mucho. Los jóvenes lo pasarán mal si las condiciones económicas no mejoran tanto para los autóctonos como para los inmigrantes. ¿A que si en ver de haber llegado cientos de miles de pobres lo hubieran hecho con buena posición económica no habría problemas? Tristemente el dinero vuelve a ser el motor de la desgracia y preocupación.

Sin embargo, que hay una frase de Bernard Shaw que me encanta: “El dinero no da la felicidad pero mucho, ya es otra cosa". Me tacharán de ... pero el dinero también que quita los nervios...

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Habitualmente escucho: "¿Yo? ¡Yo no soy racista!" Claro que no... nadie es racista ni xenófobo. Todos aquí somos solidarios, democráticos, etc., etc. En definitiva: todos somos ciudadanos ejemplares. Eso sí, esa pose se esfuma en el momento en que un marroquí se te pone a vivir en la puerta de enfrente de tu escalera. ¿Qué? ¿Le haría gracia a alguien? No lo creo. Y lo digo abiertamente: a MÍ NO. En este sentido, supongo, se me puede tachar de racista o xenófobo. De manera que no me he convertido en racista hasta que no me he visto afectado e "invadido" por una cultura que nada tiene que ver con la mía, y aún peor, que no respeta la mía ni mi espacio vital. ¡Qué quieren que les diga!: El MORO de enfrente me tiene frito y desearía que se volviera a su país!! pero ya mismo!

Anónimo dijo...

Es un tema que me preocupa mucho.Y lo que más me preocupa no es que los ancianos lo sean. Lo peor es sin duda la actitud de los adolescentes (14-16). Tienen un "mundo globalizado", gran cantidad de información, posibilidades de culturizarse y abrirse al mundo y la vida como nunca... y son xenófobos radicales.

Espero que cuando mi bebé sea adolescente hayamos conseguido ver la riqueza de la multiculturalidad. Encontrar el equilibrio en el que todos podemos vivir tranquilamente, respetándonos mutuamente y sabiendo, sin necesidad de tener que plantearnoslo, que son muchas más cosas las que nos unen que las que nos separan.

Anónimo dijo...

Creo que hablando se entiende la gente, pero por encima de todo está la educación, y el sentido común, no impotra de donde sea la persona, la cuestión es que haya entendimiento. se ha de mirar al fondo del corazón de las personas y entenderse.Hay que ser positivo y tener paciencia.
La inmigración es una causa-efecto del motor ecomónico y brutal de nuestros dias, fruto del imperialismo, entre otras cosas...¿ o se creen ustedes que a la gente le gusta dejar a los suyos, su tierra, dejar de ver a su familia, jugarse la vida por un puñado de euros ? No podemos dejarles un mundo asi a nuestros hijos, tolerancia señores, tolerancia.

Anónimo dijo...

Por cierto anónimo, que tengas un problema con el vecino, no es porque sea, árabe eh?! de entrada ya estás siendo despectivo con el cualificativo moro, así no os vais a entender jamás!

Anónimo dijo...

Tolerancia, multiculturalidad,... qué bonito!! qué ideal!!! A ver si despertamos, jod...!!! Que están en la inopia!! Qué motor y qué leches de la economía!!! Si los inmigrantes están hundiendo nuestra Seguridad Social, el nivel de enseñanza en las escuelas,entre otras muchas cosas!!!
Gobierno: Necesitamos aumentar la población porque ha bajado la natalidad!!! Sí, claro, y el señorito Zapatero ¡Zacaa! deja entrar nada más y nada menos que a un milloncejo de musulmanes golfos que exigen mejores derechos que los nuestros!!! Anda ya!!! Oiga, señor Zapatero de pacotilla, ¿por qué no en lugar de cometer actos inconsecuentes, subvenciona generosamente a las parejas españolas para que PUEDAN tener hijos????

Anónimo dijo...

Lo de MORO lo he puesto en mayúsculas de forma expresa porque precisamente quería subrayar el tono despectivo. Mira, Mariona, no te puedes ni llegar a imaginar las diferencias que existen entre su educación y la nuestra. En cuanto a ciudadanía y ética dejan mucho que desear. Y me molesta el olor que me llega de su casa cuando espero al ascensor. No soporto cómo el hombre mira con ojos de lujuria a mi mujer, y como la mujer de este la mira como si fuese una "guarra" por no ir tapada hasta las cejas como ella. En fin, es una lista larga de cosas que me molestan y punto. NO, no creo que lleguemos a entendernos nunca, porque no hay nada que entender de esa cultura tan primitiva. tendrían que cambiar y mucho.

Anónimo dijo...

Comentarios como el tuyo, "ANÓNIMO", son los que me dan miedo -además de muuuuuucha tristeza-.

Y lo dejo porque no creo que un blog tan interesante como el de Doc Santi merezca convertirse en un estercolero político.

Saludos al doctor.
Y gracias por el blog.
Creo que tus pautas contribuyen a aumentar un poco la educación... que como puede verse hace mucha falta.

Anónimo dijo...

Di que sí "h", siempre es más fácil ponerse del lado de los "buenos" que defienden lo políticamente correcto, porque ojos que no ven (ni se implican en la realidad auténtica), corazón que no siente... y todo es muy bonito y comemos perdices.
Tampoco hace falta decir que "mancho" la página del doctor. Simplemente creo que hay que estar informado del percance real de una inmigración descontrolada (procedente de culturas que no tienen ninguna intención de adaptarse, sino más bien pretenden "acaparar"), que al final da lugar a situaciones como la mía en la que afloran irremediablemente prejuicios raciales, ojo, hacia una cultura determinada. ¿Para qué vienen aquí si odian al rey? (que elijan entonces otro país de destino!). En cambio, no tengo nada en contra de sudamericanos, rumanos, etc. cuyo objetivo principal es integrarse en la nueva cultura y respetar a sus ciudadanos y sus costumbres.

Anónimo dijo...

hola?

Anónimo dijo...

Anónimo, creo que entiendo cómo se siente y a qué se refiere, e incluso puedo llegar a estar de acuerdo con algunos puntos que menciona, sin embargo, el tono que emplea en sus comentarios causan disgusto, rechazo e incluso pueden resultar ofensivos para aquellos musulmanes que intentan integrarse. ¡Ande, sea más tolerante y empático!

Anónimo dijo...

Jejejejeje...! Muy hábil "h" por tu "hola?".
Me quito el sombrero.

ORIOL dijo...

Creo que la provocación como ha dicho el doctor Santi ha surgido efecto. Supongo que es un tema que todos tenemos en la boca a la orden del día.
Yo por mi parte, no sé si soy racista o no, pero creo que con tanta gente de afuera a la larga perderemos nuestras raices, no me importa que venga gente de otros paises siempre y cuando, no impongan su cultura, como mezquitas, horarios de piscinas públicas para sus esposas, etc. Años atrás cuando los españoles emigraban a otros paises, lo primero que tenían que aprender era el idioma. Y no obstante ahora, sobre todo nos imponen ellos a nosotros.

Cristina dijo...

¡Qué animado está hoy esto, doctor!!
Bromas aparte. Creo que es difícil trazar una línea que delimite ser o no ser racista. A mí nunca me han molestado extranjeros o gente de otro color. O sea que nunca me he considerado racista. Al contrario, bienvenido sea siempre cualquier inmigrante; sin embargo, si mi hija se echara un novio musulmán, no me haría ni pizca de gracia. ¿Entonces, soy racista? Con la mano en el corazón: ¿Les haría gracia a ustedes? En el fondo creo que todos somos un poquito racistas, solo que se nos hace difícil reconocerlo.

Anónimo dijo...

Hay ahora una pelicula llamada Persépolis, sacada de un cómic muy bueno.
Trata de una chica iraní y todo el cambio de su pais desde la revolución islámica.
Se ve como "chala" el fundamentalismo, en este caso el islámico.Se puede trasladar a otros niveles, extrapolarlo a otros pensamientos,

Hasta luego!

Anónimo dijo...

No se puede negar los aspectos culturales que puedan molestar. Hay diferentes costumbres que chocan. Por ejemplo en latinoamérica es realmente molesto el olor a "sobaco". Es insoportable, y mucho se comenta de los europeos que emigraron allá y nunca han usado desodorante a pesar de los pedidos de los nativos. Sim embargo nunca se les pidio que se fueran o se les trato mal. Y tampoco se caracterizaban por ser universitarios.
Lo digo porque soy hija de gallegos y hasta hace poco vivimos en Argentina.
Creo que hay que ser abierto a las diferencias culturales, y de caso contrario charlar de buena manera con el vecino, a veces se ignora que nuestras costumbres puedan molestar.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Soy chilena y no soporto a mi vecino español. Le huelen los sobacos a chorizo, no se baña a diario ni se cambia la ropa, no se lava los dientes en la mañana y deja apestoso el ascensor cuando saluda bien temprano en la mañana.
Habla mal, es un campesino sin estudios, de no sé que aldeita gallega.
Cuando cocina sale un olor a comino espantoso que invade el pasillo. No se junta sino es con otros españoles. Me tiene frita con sus muñeiras una músiquilla de viejas llorando los domingos por la mañana y harta de que en el bar de abajo mastique y tire las cáscaras de las gambas al suelo junto con palillos y servilletas, y no entiende que es de mala educación sonarse la nariz en medio de una comida. No ha querido entender que en Chile el piso es suelo y los apartamentos son pisos y eso que tiene 30 añas viviendo por acá.

y estoy deseando que vuelva a su país!!! pero ya mismo!
Seré racista???
jejeje
Un cordial saludo