domingo, 1 de febrero de 2009

Un decálogo interesante

No sé si me repito porque a estas horas de la mañana, cuando suelo escribir, me cuesta mucho repasar lo escrito hace meses. De cualquier forma es bueno, justo y necesario repetir para no olvidar. El popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, ha publicado un libro 'Reflexiones de un juez de menores' (Editorial Dauro) en el que inserta un 'Decálogo para formar un delincuente'. Es muy interesante, y dice así:
  1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
  2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
  3. Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
  4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
  5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
  6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
  7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
  8. Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
  9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
  10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.


Yo añadiría, ya lo cité en una ocasión, el artículo 155 del Código Civil que dice lo siguiente:

Los hijos deben:

  1. Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre.
  2. Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.
Si se cumpliera el decálogo al revés y los niños aprendieran desde pequeños el artículo 155 de marras resultaría un fenómeno sociológico inconcebible hoy en día: niños educados y respetuosos que, al crecer y ganar dinero, les darían una mensualidad a sus padres. Soberbio.

3 comentarios:

Mariona Bassols dijo...

Bravo doc!

Voy a saltarme todas las reglas del decálogo!

Salut!

Anónimo dijo...

Curioso, un juez escribiendo sobre cómo educar a un niño, y un pediatra citando el Código Penal...

Anónimo dijo...

¡Qué juez más "salao" y cuánta razón lleva! En cuanto al art.115, lo imprimí y le regalé una ampliación a cada uno de mis hijos.
Saludos.