lunes, 7 de julio de 2008

Obecalp, léalo al revés

Menudo pitote se está armando en la comunidad médica, especialmente la pediátrica, con el "invento" de la familia Buettner.

A estos padres de tres niños se les ocurrió crear este producto «para esos casos en que un niño necesita algo más que un beso para encontrarse mejor» sabiendo que «no hace absolutamente nada. Es el milagroso poder de la mente quien logra todo». Si lo lee al revés, verá que no es más que un placebo: una pastilla de azúcar con sabor a frambuesa en un envase parecido a un medicamento.

Recién comercializado en EEUU desde hace un mes ahora lo hará en Inglaterra. Los listos Buettner han conseguido que se venda sin receta en parafarmacias, supermercados e Internet. La FDA (la agencia del medicamento americana) no ha podido intervenir ya que se ha clasificado como producto alimentario. Por esta maravilla la gente está dispuesta a pagar unos cuatro euros por un envase de 50 pastillas masticables. Dentro de poco saldrá con otros sabores y en jarabe.

La polémica a ha surgido por problemas éticos al fomentar el "engaño" al niño medicalizando cada vez más nuestras vidas. Según los expertos en ética, los problemas pueden ser numerosos: pérdida de confianza de los hijos en sus progenitores, dar el mensaje subliminal de que van a recibir pastillas ante cualquier dolor o problema, impedir que el niño desarrolle sus propios mecanismos de aprendizaje para enfrentarse a nuevos problemas, el posible retraso en acudir al pediatra cuando se trate de algo importante o convertir el cariño en una medicina. Pero al airear tanto esta discusión no hacen más que hacer propaganda a Obecalp.

¿Qué es el efecto placebo? El fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar con un tratamiento ficticio, aparentemente porque el enfermo cree que funciona. En medicina, suele tener utilidad para diagnosticar ciertos procesos psíquicos o psicosomáticos. El uso de sustancias sin actividad terapéutica real es frecuente en la investigación clínica de medicamentos. Se utilizan de forma controlada en los ensayos con el fin de evaluar la eficacia de los fármacos. A pesar de su falsedad, el potencial terapéutico de estos remedios es un hecho conocido. Dos investigaciones recientes en niños con hiperactividad y con migraña demuestran que pueden resultar casi tan efectivos como los fármacos convencionales.

Muchos médicos usan el efecto placebo de la receta aun a sabiendas de que el paciente no lo necesita. Muchos pediatras se ven obligados ante el acoso o agobio de los padres algunos medicamentos solo para que no les mareen más como vitaminas, "abreapetitos" o gotas para el "cólico".

En España no tendrá éxito esta chorrada americana. Aquí la gente ya compra medicamentos homeopáticos directamente en la farmacia sin pasar por el médico y, en el fondo, es lo mismo efecto placebo. Los laboratorios homeopáticos se están forrando pero desacreditan a los auténticos médicos homeópatas -por los que tengo mucho respeto- ya que encauzan la venta de sus productos hacia un síntoma determinado. Como no entran por la seguridad social el negocio es redondo. ¿Les suena Colikind, por ejemplo?

En nuestro hospital recomendamos una técnica de relajación -creo que cosecha propia- para muchos problemas y "dolores" del niño y funciona. Gratis.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿ De verdad le resulta respetable la homeopatía ? . No he conseguido aún una explicación creible, o sustentada en lo que nos basamos actualmente, la evidencia médica.
He acudido a varias disertaciones de homeopàtas y no he conseguido quitarme la sensación de magia, oscurantismo y teorías no demostradas.
Debe ser una cuestión de fé.
Un saludo.

Gaaza dijo...

Bueno, sobre el efecto placebo parece que se sabe un poquito más:
http://www.tendencias21.net/Descubren-como-funciona-el-efecto-placebo_a1702.html

Yo sí creo en la homeopatía, de hecho mi profesor de literatura de 4 ESO era homeópata y trató a mi profesor de física y a los hijos de mi profesor de biología, al cuál siempre lo tendré en un pedestal (es una persona que brilla por fuerza propía).

Y de hecho, ambos me dijeron que el tratamiento había resultado efectivo. Y en el caso de los hijos de mi profesor de biología, no fué un simple dolor sino una varicela curada casi de la noche a la mañana.

Anónimo dijo...

Hola doctor,
totalmente de acuerdo. El invento de esta familia Monster de la Medicina es una soberana "zellopilig"; léalo al revés.
Y hablando de homeopatía, el blogger Jetzt ha dado en el centro de la diana: la homeopatía lleva implícito creer en ella: su principio activo es la fe. Un concepto un tanto reñido, por decirlo de forma suave, con el método científico. Mucha gente desconoce que cuando el sajón Hahnemann hizó pública su hermosa teoría homeopática, aún se desconocía el número de Avogadro. ¿Habría dado a conocer el alemán su medicina de conocerlo? Si fuera honesto, no. Sus bolitas de anís habrían quedado para el roedor homeópata de la canción de los payasos de la tele. ¿La Recuerda? "Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitin, que come chocolate y turrón y bolitas de anís..."

Anónimo dijo...

Mi hijo, de un més nos esta haciendo pasar unas noches de las bonitas, el pobre tiene gases (como casi todos los bebes) y se retuerce, hoy he comprado el Colikind y desde esta mañana se lo administro disuelto en agua. Si notamos mejoria, mi nene seguira comiendo bolitas jejeje eso esta mas claro que el agua. Y si hablo de homeopatia en un futuro tendré que moderme la lengua, ya le contaré la aventura.

Se despide un padre esperanzado.
Un saludo,
Javier

Armandilio dijo...

Es que el colikind tiene de homeopatía lo que yo de rey de españa...
Tiene especificidad terapéutica y no está hecho con un igual... es decir, para curar un cólico se le debería dar a un bebé algo que produjera cólicos, no tila, que es lo que lleva el colikind.
De todas maneras, creo que es más tu sensación de que le ha ido bien que no que le haya ido bien realmente.