domingo, 22 de junio de 2008

Envidia; pecado capital

"El primer arte que debe aprender un rey es a soportar la envidia". SENECA. Esta sentencia me la han enviado unos lectores que luego han borrado de la sección de comentarios de mi post sobre el primer día del colegio de la infanta Leonor (Mi corazón está henchido de emoción y las lágrimas me impiden ver el teclado). En él hice algún comentario jocoso sobre la dura vida de nuestro príncipe. Quizás pensaron que me movía la envidia al escribirlo. No, no creo que fuera envidia sino un sentimiento de injusticia ya que la monarquía -institución medieval- en una sociedad como la nuestra no tiene ningún sentido. Sé que hay muchas personas que son partidarias de ella y no soy nadie para criticarlos. Simplemente expreso mi opinión.

Hay una revista, de una cadena alimentaria, con artículos buenos. Si pulsan aquí pueden leer uno sobre la envidia. El escritor Miguel de Unamuno afirmaba que era el rasgo de carácter más propio de los españoles. Yo creo que exageraba pero algo hay de verdad y, además, es "un pecado capital". En nuestro país, el triunfador suele ser más despreciado que admirado. Si alguien se compra un buen coche, por ejemplo, no lo dejará aparcado en la calle por el temor a que se lo rayen. En EEUU, país no ejemplar por muchos motivos pero sí por otros, se admira a la persona que destaca. Nadie criticará a Bill Gates, Michael Jordan, Steve Jobs o al inglés Branson (Virgin), por ejemplo. Si están ahí, es por méritos propios. Nadie les ha regalado nada. Tengo un familiar, Lord Oaks, que con toda seguridad estaría de acuerdo conmigo. Por eso, transformaría la sentencia sustituyendo la palabra "rey" por la de "triunfador" siempre que lo sea con buenas artes.

Es importante prevenir la "envidia" en el niño. La envidia empieza a surgir en los primeros años de vida, cuando empieza a relacionarse con el grupo familiar y social. Si el niño se siente amenazado en su terreno o en lo que mas quiere, deseará a toda costa conseguir todo lo que no posee o cree que no puede poseer. Como lo manifiesta con pataletas, rabietas, es necesario calmar esos disgustos con explicaciones lógicas, enseñarle a ser generoso, aprender a tolerar sus frustraciones y controlar las conductas impulsivas. Así, no sólo aprenderá a respetar las diferencias y a valorar sus propias cualidades sino que también empezará a madurar.

El niño que ha pasado por episodios de envidia constante, sin nadie que le ayude a superarlos, se convertirá en un adulto envidioso de los éxitos ajenos y su vida llegará a ser insoportable. De todas formas, observar o reconocer que algunas situaciones o personas provocan envidia es "positivo", ya que ayuda a reflexionar sobre los propios recursos y con ello aceptar nuestras propias limitaciones.

P.D. Mi perrita va mejorando de su pancreatitis.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días, Doc,

¡Cuanta razón tiene! siempre hay alguien que tendrá más que tú, que sabrá más que tú ... aprender a ser feliz con lo que se tiene es esencial para ir satisfecho por la vida. Otra cosa es lo llamado "envidia sana", es decir, alegrándose por lo que ha conseguido el prójimo, con el deseo de tener lo mismo, pero sin desearle que le atropelle una bici en la próxima esquina.

Anónimo dijo...

Buenos días,
He descubierto hace poco su blog y he de reconocer que pese a una época dura en mi trabajo (no hay nada peor que estar de brazos cruzados), me arranca la sonrisa.
Nosotros tenemos una gata, Tina (negra, negra, como Tina Turner),como usted, la casa llena de pelos, aunque un gato es menos exclavo que un perro, por aquello de los paseos. Sé que cuando pase a "mejor" vida la echaré de menos y lloraré, por supuesto encuadrando mi pena en la pena de quien pierde una mascota... No sé si volveré a tener otra gata, pero es cierto que en estos casos, aunque no se sustituya, disminuye un poquito tu pena.
Gracias por sus consejos, soy madre primeriza y, la verdad, me río mucho y me vienen muy bien.
Marta.

Anónimo dijo...

Mens sana in corpore sano ¿era así? muchas veces los padres nos preocupamos en exceso por la salud física de nuestros hijos pero olvidamos cuidar sus pequeñas y frágiles mentes: envidia, egoísmo, etc. son las epidemias del siglo XXI, tan antiguas pero tan de moda....

C3PO+R2D2 dijo...

Estimado Doc,
Como bien sabe yo fuí quien escribió la cita de Seneca. Una vez publicada y releida creí conveniente borrarla, pues pensé que sería leida como una critica personal y no era esa la intención. No creo que usted sea envidioso: la cita hacía referencia a nuestro caracter en general, como usted bien dice en esta entrada.
No tengo claro si soy monarquico, pero no soy antimonarquico. Este país, de ser Republicano, se parecería a Venezuela, Polonia o Azervaiyán, así que como mínimo es para pensarselo antes de engrasar la guillotina ¿no cree?
Decir que algo merece respeto está hoy muy mal visto, y si ese algo es "español" mas te vale correr y esconderte. Me parece bien la crítica a la monarquía y el debate sobre su abolición, pero llevarla a la ridiculización a traves de una niña que va al colegio no.
Seguramente la misma gente que ven intolerable que la familia real salgan constantemente en las noticias, en el "Hola" y en "Corazon Corazon", se ponen las manos en la cabeza porque alguien vinculado a la dicha familia (lease Telma Ortiz) lleve a juicio a los medios de comunicación porque no quiere salir (¡faltaria mas!¿que se cree esa gente?)
Como he dicho es una generalización de como creo que somos y no de como creo que es usted, de ahí mi post borrado.
Siento haberme enrollado, pero por alusiones....