martes, 30 de octubre de 2007

Eutanasia en niños ¿está usted de acuerdo?

La práctica de la eutanasia o inducir la muerte a menores de doce años, incluidos los recién nacidos, cuando padezcan una enfermedad incurable y un sufrimiento insoportable ya está regulada en Holanda por la ley de abril de 2002 (Protocolo Groningen). Legalizar la eutanasia infantil plantea un dilema ético de tal complejidad que prácticamente nadie quiere asumirlo. Holanda es la única nación que acepta esta opción siguiendo un riguroso protocolo, aunque legalmente la eutanasia en niños sigue estando prohibida.

En España dos pediatras de Madrid (JM Moreno y I. Villa Elizaga) expusieron su opinión en la Revista Española de Pediatría con el título:”Eutanasia en niños. Una reflexión sobre el protocolo de Groningen” cuyo resumen es éste:
Los doctores holandeses, Eduard Vegahen y Peter Sauer, que trabajan en la Universidad de Groningen, notable por la controversia sobre la autorización para aplicar la eutanasia a recién nacidos y lactantes con una calidad de vida muy pobre, han publicado en New England Journal of Medicine el protocolo en el que explican los distintos pasos para llevar esta práctica a cabo con el consentimiento de los padres de los niños. Los requerimientos son muy sencillos: un sufrimiento incontrolable y desesperado, un diagnóstico y un pronóstico ciertos, la confirmación por otro médico, el consentimiento de los padre y que se trate de una práctica médica aceptada.
Inevitablemente estas consideraciones llevan a un peligroso plano inclinado. Los argumentos que manejan estos autores son demasiados simplistas y están basados en un criterio utilitarista que considera el sufrimiento como el mayor de los males posibles.
El tratamiento del dolor y del sufrimiento son un deber ineludible de cualquier médico. Hay suficientes estudios a lo largo de los últimos 15 años que demuestran que se pude administrar a los recién nacidos y lactantes anestesia y sedación de una forma segura, siempre que se realice ajustando adecuadamente las dosis a la edad y a la situación clínica. Además el desarrollo de los Cuidados paliativos ha permitido mejora la calidad de vida, mantener la dignidad y disminuir el sufrimiento de niños gravemente enfermos y también en sus familiares de acuerdo con sus valores, educación y creencias. Los cuidados paliativos deberían estar disponibles en cualquier instancia: el domicilio, el hospital o la escuela.
Causar directamente la muerte mediante la administración de dosis letales de fármacos es una práctica éticamente inaceptable. Parece necesario tener una gran precaución y sensibilidad ante iniciativas como el protocolo de Groningen”


Para no alargar el texto les sugiero que entren en la página condignidad.org por ser muy completa. Destaco solamente alguna definición. Eutanasia: etimológicamente significa “buena muerte”. Pero hoy día hay que precisar mucho más su definición (el subrayado es mío). La Asociación Médica Mundial, en 1987, la definió brevemente como: “acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente”. En enero de 2002 la Sociedad Española de Cuidados Paliativos propuso la siguiente definición: “conducta (acción u omisión) intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico”. También se puede definir, de una manera más sintética, como “la conducta de un médico que provoca intencionadamente la muerte de un paciente para que no sufra”.

Pero un punto importante es el apartado titulado CONDUCTAS QUE SE CONFUNDEN CON LA EUTANASIA Y QUE NO LO SON y una de ellas es la retirada o no iniciación de tratamientos inútiles y desproporcionados para la situación concreta de un enfermo: “la persona con una enfermedad grave, probablemente irreversible o de muy difícil curación, puede optar por los tratamientos que en su medio se consideren proporcionados, pudiendo rechazar responsablemente medios excepcionales, desproporcionados o alternativas terapéuticas con probabilidades de éxito dudosas”

Hoy nadie discute la muerte clínica cerebral en un joven sano y fuerte después de un accidente para la donación de órganos. Se ha asumido sin problemas. Personalmente creo que en los niños se da lo que llamo muerte clínica funcional (MCF); es el caso, numeroso por cierto, de niños que llevan únicamente una vida vegetativa sin ningún contacto con el exterior. En estas situaciones que me han tocado vivir muchas veces yo soy partidario de no dar ningún tratamiento desde la confirmación de la MCF y esperar a la evolución natural de la enfermedad aliviando el sufrimiento y de acuerdo con los padres.


Antes he subrayado “hoy en día” porque lo que hoy es A mañana será B. Como ya he dicho pocos se atreven a plantear este dilema ético; estamos alargando vidas inútiles que afectan gravemente al entorno familiar y social. Algún día cambiará.

1 comentario:

Cristina dijo...

Desde luego, es un tema peliagudo.Pero he vivido en mis carnes y sufrido la muerte lenta de mi suegro, como consecuencia de un cáncer de pulmón y, en sus últimas etapas, las dosis de sedación con morfina eran explosivas para que le hicieran efecto. Nunca en mi vida he visto sufrir tanto a una persona que encima muere lentamente, y en esos momentos sólo deseas que, por favor, alguien lo libere de ese martirio (él mismo así lo pedía también). Si yo misma fuera la afectada desearía como él que me quitaran la vida antes de morir así (¿qué sentido tiene demorar así la muerte?). Y si pienso que mi pequeño tuviera que pasar por eso, por muy duro que parezca creo que me gustaría poder tener la opción de decidir sobre su vida, si lo que "vive" mi pequeño ya "no es vida". Es un tema realmente complicado, pero si hay dolor por medio y el destino de esa persona es la de una muerte segura, no veo que tenga sentido permitir que la enfermedad se haga con él hasta que le haya consumido hasta el final. En algunos casos habría que plantearse realmente el precio que tienen que pagar esas personas sólo por "mantener las apariencias éticas".
Saludos, Doctor.