La antigüedad del barrio en el que uno vivía podía disminuir el riesgo de obesidad, según un estudio que difundió la Universidad de Utah en septiembre 1898. En él señalaba los beneficios de los vecindarios donde los residentes podían caminar porque a menudo había zonas de paseo arboladas, con sombras, manzanas con comercios pequeños, tiendas pequeñas atractivas, paradas de autobús, ausencia de coches y motos, trabajo cercano a casa invitaban a que los residentes caminaran. En los barrios construidos antes de 1950 tenían más posibilidades para caminar porque los medios de trasporte eran más escasos y se diseñaron pensando en los peatones. En cambio ahora son más amplios pensando en el tránsito automovilistico. La mayoría de loas ciudades tienen verdaderos quebraderos de cabeza para regular la circulación y a los peatones se les ponen toda clase de trabas. Es más, barrios más nuevos se han diseñado para facilitar el desplazamiento con automóviles.
Estamos en el año 2012 y según unos investigadores de Seattle y San Diego nos presentan el problema desde otro punto de vista. Si los barrios tienen mas supermercados y restaurantes de comida rápida, el vecindario (padres e hijos) tienen bastante más riesgo de ser obesos. Si reflexionamos, por lo menos en la cuidad en la que vivo, los barrios antiguos o los que antes eran buenos se han convertido en malos. Antaño, además de desplazarte a pié no había ascensores por lo que el ejercicio físico estaba garantizado. Hoy, ha cambiado el barrio y el entorno. La zona antigua de Barcelona esta llena de restaurantes de comida rápida, venta de chuches, tiendas abiertas hasta la madrugada, etc. No conozco ningún estudio hecho en Barcelona que relacione el grado de obesidad con el código postal pero sería interesante hacerlo. De cualquier forma no tendría mucho valor pero ambos estudios nos demuestran cómo, en pocos años, hemos pasado de andar mucho y comer poco a comer mucho y andar poco.
A pesar de que la actividad física es importante para la salud y prevenir la obesidad este estudio demuestra que el número de establecimientos de comidas, supermercados y máquinas expendedoras por metro cuadrado son factores importantes en favorecer la gordura.
Me voy a "picar algo". Tengo hambre.
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