domingo, 3 de enero de 2010

El mercado de drogas legales para la infancia

Me tomo la libertad de copiar la información que proporciona Miguel Jara, escritor y periodista free lance, es decir, independiente y especializado en la investigación y análisis de temas de salud y ecología, sobre todo. Su último libro se llama La salud que viene: Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009). Es corresponsal en España de British Medical Journal (BMJ) y colabora habitualmente con Discovery DSalud.

Puesto que tendré que hablar sobre el TDAH en el congreso que les comenté ayer, no me quedará más remedio que comprar el libro del Sr. Jara. Aquí copio, y no creo que me denuncie, una parte del texto de su blog:

"Como saben el medicamento más utilizado para el controvertido Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) tiene como principio activo el metilfenidato. En España las marcas más recetadas son Concerta, Rubifen o Ritalina pero hay otra como Medikinet menos conocida pero con los mismos impresionantes efectos secundarios: Cambios notables del estado de ánimo o la personalidad; manía; trastornos psicóticos, como alucinaciones visuales, táctiles o auditivas o delirios; palpitaciones, desmayo inexplicado, dolor de tórax, dificultad respiratoria (a veces son signos de una enfermedad cardiaca); parálisis o afectación del movimiento y la visión, dificultades para hablar (podrían ser síntomas de vasculitis cerebral).

Cuando se usa durante periodos prolongados, el metilfenidato puede reducir la velocidad de crecimiento (aumento de peso y/o de estatura) en algunos niños. Trastornos psiquiátricos muy frecuentes: insomnio, nerviosismo; o frecuentes como anorexia, inestabilidad afectiva, agresividad, agitación, ansiedad, depresión, irritabilidad, anomalías del comportamiento.

Podría seguir hata casi el infinito, la ficha técnica de estos fármacos asusta. Cuesta creer que estos productos sean recetados a niños con “problemas de comportamiento” y que un fármaco similar a la cocaína se recete a niños. Este tipo de preparados aumenta los niveles de uno de los mencionados transmisores, la dopamina, y por ello, como explica el presidente de la Plataforma Internacional contra la Medicalización de la Infancia, Juan Pundik, algunos han especulado que un déficit de dopamina provoca TDAH. Pero algunos fármacos que mejoran los síntomas del TDAH no influyen en los niveles de dopamina. Los estimulantes mejoran la concentración y el rendimiento físico y mental de todos los niños, no sólo de los que muestran síntomas de TDAH".

De otra fuente: Un joven de 21 años con dificultades para concentrarse en clase y para retener el material de lectura para sus distintas asignaturas decide plantarse en el consultorio del psiquiatra después de meses de insistencia por parte de sus padres. El profesional le diagnostica un ‘ligero’ Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), que explica las dificultades del joven, que sale de la consulta con la receta para comprar un frasco con pastillas de Ritalina, un estimulante más potente que el café y menos que las anfetaminas. El rendimiento en las clases aumenta al cabo de los días y las calificaciones al final del semestre mejoran notablemente. “Cuando estudio, no me dan ganas de hacer otra cosa, ni siquiera de comer. No paro, puedo pasar la noche en vela para terminar sin que deje de rendir al día siguiente”, le explicaba a sus amigos el estudiante de una universidad privada estadounidense. Las visitas al médico que le daba las recetas se volvieron cada vez más frecuentes, no sólo porque el estudiante incrementara su consumo, sino porque comenzó a facilitar pastillas de Ritalina a sus compañeros que desafiaban también el sueño para mejorar sus notas. Surgieron más casos de TDAH en ese círculo de amigos e incluso se empezaron a vender las pastillas en el campus. Más de 6 millones de estadounidenses emplearon medicamentos de prescripción para usos no terapéuticos en 2003, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), en Estados Unidos. Asimismo, el número de consumidores de fármacos de prescripción se duplicó entre 1992 y 2003.

Yo cuando era estudiante había empleado para estudiar Centramina y Simpatina y algún lector veterano quizás hizo lo mismo,

4 comentarios:

Paco Elvira dijo...

Centramina Doc.Siempre había algún médico, hermano mayor de algún compañero de clase, que te extendía la receta.Y también las había usado alguna vez para revelar durante toda la noche algún reportaje de actualidad que había de entregar, sin falta, al día siguiente.

Unknown dijo...

Justamente ayer estuve buscando información sobre el TDAH y en ningún ensayo serio se ha demostrado la alteración del crecimiento en niños que usan esta medicación...

Saludos!!

Anónimo dijo...

El problema es que los niños con TDAH necesitan la pastilla para aprobar los exámenes, y si no se la damos tendrán que repetir y repetir hasta que dejen de estudiar..a no ser que se hicieran cursos a los profesores y la valoración académica de estos alumnos fuera distinta, pero no hay ninguna industria dispuesta a invertir en formación a cambio de nada, en cambio sí hay una industria dispuesta a invertir en el TDAH como enfermedad para que compremos más pastillas cada día.

Daniel dijo...

Os recomiendo este texto
http://mara.blog.zm.nu/2010/01/08/medicacion-y-autismo-la-gran-decision/
Un saludo