martes, 7 de octubre de 2008

Soy discalcúlico

Felicidades, doctor, eso suena a que es usted un genio; pues no. Estudiando la dislexia y sus diferentes variedades me he dado cuenta, repasando mi vida de jovenzuelo, que tengo un problema de discalculia. Se trata de una disfunción en el aprendizaje de las matemáticas que afecta significativamente al rendimiento escolar. Es la dislexia de los números. Aunque no se puede generalizar, existen algunas pistas que pueden evidenciar un trastorno de discalculia, dificultades que puede tener el niño en una o varias áreas:
  • Memoria: Problemas para recordar conceptos básicos de aritmética, tablas de multiplicar, significado de los símbolos y olvidarse de los pasos para resolver varios cálculos.

  • Lenguaje Matemático: Dificultad para expresar procesos matemáticos, para interpretar los enunciados de los problemas o incomprensión de conceptos como posición, relaciones y tamaño.

  • Habilidades visio-espaciales: Confusión en los signos aritméticos (el + por el x), inversiones numéricas (31 por 13), fallos en la seriación de números (1, 2, 4, 6, 7, 9...), colocar los números en posiciones incorrectas al realizar las operaciones o escritura incorrecta de los números.
Este trastorno del aprendizaje puede arrastrar un importante retraso educativo y puede afectar incluso a la vida diaria. Por otra parte, en los niños esta dificultad puede causar problemas de actitud; suelen estar a la defensiva porque están muy presionados por el rendimiento del resto de los compañeros, lo que crea una frustración y ansiedad en el niño que le puede llevar a la desmotivación o falta de interés. Me he puesto en contacto con un especialista en discalculia, Josep M. Serra Grabulosa, Doctor en Psicología del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, no para que me arregle mi cerebro si no para saber más de este poco conocido trastorno.

Se dan casos de adultos con discalculia que les cuesta hacer compras porque no son capaces de calcular si le han dado bien o no el cambio, o no saben cuantificar los precios de las cosas. Me doy cuenta de que este problema lo tengo de toda la vida. Todavía cuento en pesetas y me cuesta saber si una rebaja en euros vale la pena o no. Yo fuí un estudiante mediocre. Ni fú, ni fá. No he dejado huella en mi colegio por ser una lumbrera. Hasta tuve que repetir un curso.... Me gustaría engrosar la lista de los discalcúlicos famosos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Doctor, ha oído hablar del método UCMAS procedente de la India y que se ya se está impartiendo en Gran Canaria? ¿Qué puede decirnos de él? Al parecer consiste en fomentar la concentración del niño y convertirlo así en un genio de las matemáticas:
¡en cuestión de segundos es capaz de resolver operaciones matemáticas con más de trece dígitos superando con creces la velocidad de cualquier calculadora electrónica! Este simple método también favorece su creatividad, entre otras cosas. Todos los niños pueden aprenderlo en el 99% de los casos.

¿No podría ser útil también para las personas discalcúlicas? ¿Y para los adultos que como usted y como yo, que somos un cero a la izquierda con los números?

Jorge Betancourth dijo...

Yo soy universitari y no apruebo la clase de matematicas, tengo estudios en filosofia pero los calculos no se me dan estudio psicologia,en repetidas ocaciones he pedido ayuda y la verdad no suplen ese vacio he insertidumbre que me producocn las matematicas