jueves, 23 de octubre de 2008

Más urbanidad y más mano dura

Ayer por la tarde fui a dar una charla a la renovada Librería Claret, que ha promovido una serie de actividades por este motivo. Nada menos me tocaba hablar en el acto inaugural del Espacio Familia y Valores, y escogí el título "Un pediatra y la disciplina en un mundo caótico". Como había fútbol por la tele, no se llenó en absoluto. Otra vez será.

En el transcurso de la charla, he defendido la necesidad de la disciplina y del regreso de la autoridad a las escuelas y a la convivencia ciudadana. No puede ser que vivamos con miedo a salir a la calle y que no inculquemos a los jóvenes las normas de urbanidad. Pulsen aquí y verán que delicia si todos las practicáramos.

Otro de los puntos que he tratado ha sido un hecho que vengo observando desde hace tiempo: el beneficio de la relación "cómplice" entre madre e hija. El hombre no tiene las mismas oportunidades para entablar esta relación de complicidad tan especial. Los padres no puede ser amigos de sus hijos pero mantener una buena relación es fundamental como factor protector de riesgos como embarazo o consumo de drogas.

Así que voy a parecer un poco facha: más autoridad en casa, más autoridad en el colegio, más autoridad en la calle/lugares públicos y mejor funcionamiento de la Justicia. Así sea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Disciplina se refiere a obligación de mantener unas normas. Cada día hay más normas con lo cual mantener la disciplina es más dificil. Seguro que usted de joven, como la mayoría de los arrugados de hoy, meaba libremente en la calle, gritaba por doquier, cruzaba las calles por donde queríamos, incluso conduciámos con muchas copas de más, y no teníamos sensación de faltar a la autoridad. Los niños y jóvenes de hoy (también los adultos) tenemos tantas normas que ser disciplinado se torna imposible.
Creo en el respeto a la persona, no a la autoridad. Espero que mis hijos respeten a las personas pero pongan siempre en duda la autoridad. Sino nos quedaremos sin juventud.
Alfredo Vázquez

Dr. Santi dijo...

Don Alfredo, en parte estoy de acuerdo con usted, pero describe una sociedad del siglo pasado.Como bien dice "no tenía sensación de faltar a la autoridad" pero no tenía ni idea de que molestaba a los demás. Yo no he hablado de autoritarismo sino de autoridad y urbanidad.

Los adultos somos tan "maduros" como el político austriaco que acaba de fallecer por exceso de velocidad y alcohol. Le deseo con sinceridad que sus hijos respeten a las personas y usted pueda sentirse orgulloso de ellos.